Una vez que pruebes este postre de Creme brulée no podrás dejar de prepararlo

Sería imposible negar que la pastelería francesa es de las más exquisitas de todos los tiempos. Sus precisiones y grandes combinaciones hacen que los pasteleros de todo el mundo intenten imitar algunas de sus técnicas. Por eso, hoy traemos una de sus clásicas recetas: el crème brulée.

La traducción al español de crème brulée es crema quemada y consiste en una base de crema de leche, huevos, azúcar y vainilla. El nombre tiene que ver con que la parte de arriba es un crocante caramelo y abajo está la crema que es de lo más exquisita. Ya verás que, una vez que aprendas a hacerla, no dejarás de probarla.

Los ingredientes que necesitaremos para preparar la receta de crème brulée son los siguientes: 4 yemas de huevo, 60 gramos de azúcar, 1 vaina de vainilla, 500 milímetros de nata líquida o crema de leche 35% grasa, una pizca de sal y azúcar para espolvorear y luego quemar.

Lo primero que tenemos que hacer para realizar la crème brulée es preparar la placa en donde pondremos los moldes que irán al horno. Debemos llenar hasta la mitad de la placa con agua porque se hacen como un baño maría. Encendemos también el horno a 160 grados y colocamos la fuente. Debe estar caliente el agua cuando pongamos los moldes.

Por otro lado, en una cazuela ponemos a calentar al fuego la nata líquida con las semillas de la vaina de vainilla, la calentamos unos diez minutos cuidando siempre de que no llegue a hervir, retiramos del fuego y dejamos que repose unos 20 minutos. En otro bol, batimos las yemas con el azúcar y la pizca de sal hasta que se forme como una crema espumosa, añadimos la nata poco a poco, pasándola con un colador y revolvemos hasta que todos los ingredientes se integren bien. Volvemos a poner la nata en la cazuela al fuego y no dejamos de remover hasta que se cocine bien y comience a espesar ligeramente.

Ahora, vertemos toda la mezcla en los moldes que hayamos elegido y los colocamos en la fuente que se estaba calentando en el horno. Los dejamos horneando por unos 30 minutos a 160 grados. Los dejamos enfriar a temperatura ambiente y cuando ya estén tibios colocamos por encima 2 cucharadas de azúcar y con la ayuda de un soplete la quemamos hasta que se forme un caramelo. Si no tienes ese aparato, un buen truco es hacerlo con una cuchara caliente. Luego, es el momento de refrigerar la crème brulée un tiempo. Solo queda disfrutar de este clásico de los postres franceses.