Flor del olvido

Rafaela Aparicio, la mujer que partió en dos el corazón de los españoles hace 25 años

La eterna servicial del cine español, sumida en la más oscura de las miserias.
miércoles, 9 de junio de 2021 · 17:35

Un día como hoy, pero de 1996, fallecía Rafaela Aparicio, una de las actrices más consagradas e importantes del cine y el teatro de aquellas épocas. Lamentablemente su final no fue el deseado ni el más propio para una artista de su talla.

El 9 de junio de 1996 Rafaela Aparicio dejaba de respirar por causa de una trombosis en la residencia en la que vivía. Allí era cuidada día y noche, debido a su enfermedad de Alzheimer. Rafaela no recordaba ni quién había sido y, al parecer, muchos otros también la habían olvidado.

Hoy, muy pocos aficionados del cine la recuerdan, aunque Rafaela Aparicio es una figura consagradísima en la industria. Formó parte de muchos elencos estables de teatro y participó en varios programas televisivos. Su excéntrica figura y su sentido del humor eran lo que más caracterizaba a esta diva de la pantalla.

Una de las cosas que más presumía Rafaela era del cariño que había logrado conquistar de sus compañeros. Desafortunadamente, muy pocos de ellos acudieron a despedirla el día del funeral. Como mencionamos anteriormente, la pérdida de memoria fue un hecho que también entristeció este desenlace de la actriz.

Figuras reconocidas del ámbito artístico como Andrés Pajares, Luis Varela, Juanjo Menéndez, Julia Martínez, Rafael Hernández o el director teatral Antonio Guirao fueron los únicos que pasaron a despedirla, allá en su entierro en el Panteón de Escritores y Artistas Españoles del Cementerio de San Justo de Madrid.

Su primer paso por las tablas fue a la edad de 23 años, junto al director Manuel Benito Arroyo. Desde ese momento Rafaela Aparicio no se separaría jamás del mundo de la interpretación. Por su apariencia y baja estatura la tildaban de una actriz con muy poco potencial. Sin embargo, con el paso del tiempo supo ser una figura necesaria en el cine, demostrando tener una impronta graciosa para el cine de aquellos tiempos.

El final de su vida fue, literalmente, marcado por el olvido. Sin embargo, hoy revivimos en estas líneas a una actriz que supo hacer del arte dramático un arte de servicio, de entrega y de expansión. Siendo “fea” como muchos decían, supo convertirse en su mejor aliada y vencer toda crítica para cumplir su sueño: ser actriz.

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