Volvió la innombrable: tiembla el Rey Felipe y ruega que no hable

Cada vez que su nombre ocupa las portadas, como si faltaran problemas en el Palacio de la Zarzuela, el Rey Felipe tiembla: se llama Victoria Federica, es la hija menor de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, tiene 20 años y más de un frasco de aspirinas ha consumido el noble monarca español por ella.

La sobrina directa del Rey Felipe ha saturado los titulares en las últimas semanas por su falta de responsabilidad en cuanto al cumplimiento de las medidas sanitarias por la COVID 19: hace rato que ha desplazado nada más y nada menos que a la oveja negra de la familia llamado Froilán, pero durante 2020 ha ido por más.

Y en el comienzo de este año y en estos meses Victoria Federica no se ha quedado callada: le han gritado "ladrona" en la calle y se ha dado vuelta para encarar y golpear al agresor verbal, objetivo al cual no ha llegado gracias a los custodios de su ¿ex? novio, el DJ Jorge Bárcenas, señalado por la Infanta Elena, hermana mayor de Felipe VI, como el culpable del desajuste emocional de Vic. 

Esta vez, la joven volvió a ser noticia después de un largo silencio, lo que, en apariencia, es una noble excusa para demostrar que cumple con el más estricto de los aislamientos: tiene una cuenta de Instagram pública en la que no es muy activa, donde tan solo sigue a 26 personas y ha subido dos fotos de ella y que ha utilizado para consultar por una película para ver.

Claro que el Rey Felipe no es ningún tonto y mucho menos quienes conocen en profundidad a Victoria: el truco está en que su verdadero perfil, en el que cuenta cosas de su día a día y es privado, es otro: allí la joven da detalles de los planes que se vienen y las fechas nocturnas figuran en el horizonte. 

Mientras no hable intimidades de la Familia Real como planea hacerlo su excuñada y confidente, Mar Torres, Felipe descansa y ya ni gasta su valioso tiempo en hablar con su hermana Elena para pedirle que eduque a su hija: apartada del foco público, el monarca ruega que siga así por un buen tiempo. Bastante tiene ya con Juan Carlos y la mar en coche.