Cree o se muere del espanto: pobre Reina Sofía

La Reina Sofía está inmunizada de la COVID 19, pero por las dudas se aferra a todos los amuletos de la suerte que la han acompañado desde hace décadas. La madre de Felipe es una mujer muy religiosa, pero cree en el dicho que reza: "Las brujas no existen, pero que las hay, las hay".

La Reina Sofía ha sido la última miembro de la Familia Real en recibir la vacuna contra el coronavirus: fiel a su estilo, lo ha hecho sin escándalos como las impresentables de sus hijas, Elena y Cristina, quienes aprovecharon sus viajes a Abu Dhabi con la excusa de visitar a su padre, Juan Carlos.

Nada de turismo ni de cariño para el emérito fueron el motivo del viaje, sino para recibir una dosis del fármaco y saltarse así la cola que tienen que hacer todos los españoles: consciente de la falta de empatía de los Borbones hacia su pueblo, la Reina Sofía ha vuelto a demostrar por qué sigue siendo y será la reina de corazones.

Como forma parte de los grupos prioritarios con sus 83 años, Sofía de Grecia se presentó en un centro de salud de referencia en el distrito de Fuencarral de Madrid, una travesía que supuso una gran novedad para ella, quien jamás había pisado este lugar y donde unos minutos después recibiría la tan anhelada vacuna.

Una vez vacunada, la emérita de España ha continuado con su agenda oficial, reactivada desde la última semana, pero sin contar con sus aliados sobrenaturales y amuletos para atraer la buena suerte: un trébol de 4 hojas, estrellas de 8 puntas o los tradicionales ojos de turco o nazares que siempre luce en pulseras y collares para ahuyentar el mal de ojo.

Es extrema la superstición en el caso de la Reina Sofía, ha logrado inmunizarse y ahora va por lo más difícil de todo: tal cual lo reveló Pilar Eyre, Sofía ya no quiere sustos ni problemas y está haciendo todo lo posible para distanciarse de Juan Carlos, para quien no hay antídoto ni cura por el momento. ¿La habrá?