REALEZA

La mentira de su propia madre: vergüenza en la familia del Rey Felipe

Empiezan a despegarse de sus padres.
sábado, 6 de marzo de 2021 · 04:30

Con la debida excepción del Rey Felipe y de la Reina Letizia, los padres y las madres de la Familia Real de España son impresentables, unos peores que los otros, y una muestra cabal de esto que decimos es que sus propios hijos empiezan a soltarles la mano, a despegarse de ellos.

No los defienden públicamente, no dicen nada de ellos, no se inmolan por la causa y da toda la sensación de que ni les creen: es en este contexto que el mismísimo Pablo Urdangarin lo único que pide es vivir ajeno a las polémicas de su familia complicada y salpicada de escándalos por corrupción con condenas, banquillos y prisión.

Lo que debiera ser una semana feliz para la familia Urdangarin por la mudanza de Iñaki a Vitoria, a la casa de su madre, para vivir los últimos tiempos de su prisión y acariciar la pronta libertad inminente, se ha arruinado por culpa de la insuperable Infanta Cristina, quien lo ha opacado todo vacunándose a escondidas en los Emiratos Árabes con la excusa de ir a visitar a su padre Juan Carlos.

El sobrino de Felipe VI siempre se ha manejado con prudencia con la prensa, lo cual ha parecido envidiable: ha mostrado todo sus respetos hacia los profesionales de los medios de comunicación y, a diferencia de los impresentables de sus padres, es un lujo y da gusto encontrárselo por las calles.

Consultado por las críticas que se está llevando la hermana del monarca español por haberse vacunado contra el COVID 19 en Abu Dabi, Pablo Urdangarin ha confesado: "No tengo nada que decir, estoy buscando un taxi". El hijo de la Infanta Cristina no ha querido pronunciarse ante las críticas que están recibiendo su madre y su tía y aseguraba que tenía prisa: "No tengo nada que decir, lo siento, tengo prisa".

Sobre la nueva vida de su padre en Vitoria, donde ha encontrado un nuevo trabajo para estar cerca de su familia, el sobrino del Rey Felipe ha vuelto a disculparse con los reporteros por no querer decir absolutamente nada al respecto: "Lo siento". Un silencio más que entendible dado la delicada situación que atraviesa un joven que nada tiene que ver con su familia, cada vez más complicada y obstinada en no dejarlo en paz.

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