La inimaginable compañía de la Reina Sofía en sus momentos más complicados

La Reina Sofía tuvo una vida rodeada de lujos y ostentación, pero también así padeció grandes responsabilidades y presiones que le pusieron la cabeza al revés en varias ocasiones. Cuando esto sucedía, la Reina partía hacia la India, algo que la Casa Real mantuvo bajo completo secreto.

En esas escapadas, la Reina Sofía iba normalmente acompañada de su hermana Irene, una excelente influencia espiritual en ese momento debido a que luego del referéndum de 1974, que abolió la monarquía en Grecia, la Princesa se instaló por una década en la ciudad de Madrás, viviendo en un ashram, un internado religioso regido por un gurú, en donde aprendieron todo sobre meditación y budismo.

Esta influencia le llegó por supuesto a la entonces Monarca de España, con quien Irene de Grecia ha sido siempre muy unida, casi una sombra de su hermana, siempre discreta y en segundo plano, pero es el pañuelo de lágrimas y la mejor compañía en medio de la soledad, sobre todo estos últimos nueve meses con el escándalo del Rey Juan Carlos y su partida a Abu Dhabi.

Esta relación tan fuerte entre la Reina Sofía e Irene de Grecia terminó de forjarse cuando falleció la Reina Federica, y la hermana soltera y sin patria fue refugiada en la Zarzuela, sobre todo desde la pandemia, porque antes sí hacía algunas visitas a su hermano en Grecia, el ex rey Constantino.

La idea de llevar a Irene a vivir a la Zarzuela fue del propio Rey Juan Carlos, como una manera de mitigar la soledad de la Reina Sofía que nunca tuvo amigas ni grandes contactos. Fue el mismo monarca el que después protestaba porque su cuñada no salía de la habitación. La Princesa no quería perturbar la intimidad familiar de su hermana, pero luego fue tomando mucho más peso con el paso de los años.

Mañana Irene cumplirá 79 años y se trata de una de las personas más importantes en la Familia Real, es la tía soltera y sin hijos pero que más adora a sus sobrinos, sobre todo a la Infanta Cristina, que parece ser su favorita, y se lleva muy bien con el Rey Juan Carlos puesto que nunca ha opinado nada sobre el matrimonio de él y su hermana. Y sobre todo se trata de la confidente principal de la Reina Sofía, además de su mano derecha.

A pesar de todo, Irene no se ha quedado quieta en todos estos años, fundó su propia ONG Mundo en Armonía, extendida por más de 30 países y a la que donó la indemnización de 900.000 euros que recibió del gobierno griego en 1993 por la expropiación de sus bienes, algo que demuestra que se trata de la persona más desapegada de la realeza. 

Irene comparte todas estas aficiones benéficas con la Reina Sofía, además ambas tienen una visión bastante parecida por la mística. Aunque la Princesa es un poco más ortodoxa y le atrae el budismo y a Doña Sofía el catolicismo, ambas tienen una atracción por lo esotérico, sobre todo cuestiones como la existencia de ovnis, la quiromancia o el ocultismo.