La Reina Sofía y su historia con Grecia que confirmaría cuál es su rol en España

El rol de la Reina Sofía en España siempre estuvo marcado por el cuestionamiento y la crítica. Venía de una descendencia que no involucraba a los españoles precisamente. Su sangre griega sirvió para tratarla, muchas veces, como una reina forastera.

Sin embargo, Doña Sofía hizo todo lo que pudo para ganarse el corazón de los españoles. Su comportamiento hoy puede tildarse como “ejemplar”, aunque no por eso ha estado exenta de polémicas.

Su sínico silencio y esa sonrisa en su rostro cuando “las papas quemaban” eran muy perturbadores para la prensa. Es que ¿cómo podía ser que una Reina se mantuviese tan serena luego de ser expuesta públicamente por las infidelidades de su impudente esposo?

Y eso no fue todo. Cuando los escándalos de corrupción empezaron a golpear la puerta del despacho del ex monarca, su rol nuevamente se vio en tela de juicio. ¿Acaso no sabía Doña Sofía todo lo que estaba haciendo el Rey Juan Carlos? ¿Pudo haber hecho algo para evitarlo? Ella que tanto luchó por ganarse a este país ¿realmente no pudo evitar los desplomos de excesos en los gastos de su esposo?

Pero el tratamiento de Doña Sofía se vio muy contrastado cuando, hace poco, arribó a Grecia. Su país natal la recibió como una verdadera Reina. Desde 1998 que la Consorte no iba a sus tierras y ahora, por primera vez en tanto tiempo, regresa victoriosa.

Hoy, el rol que ocupa Doña Sofía es insignificante en comparación a años anteriores. Ni siquiera estuvo en la comunión de la Princesa Leonor y tampoco tiene tantos compromisos de agenda. Es una Emérita silenciosa y opacada por todo lo que ha pasado en su familia. Lo único que no se le ha borrado jamás es esa sonrisa.

Grecia la recibió como una gran figura y reconoció toda la labor de su familia. Su visita estuvo marcada por encuentros con grandes funcionarios y actos de presencia que rememoraron la figura de Su Majestad como una Reina ejemplar y necesaria.

No podemos decir lo mismo de su tratamiento aquí en España. Hoy, Doña Sofía vive entre las sombras y lejos de toda su familia. Ni siquiera se acerca a los nietos de sus hijas Cristina o Elena. Está sola y esa soledad debe compensarse con algo más.