La receta de leche condensada casera que los supermercados no quieren que conozcas

La leche condensada es ideal para la preparación de flanes, budines, helados y otros cientos de postres. También hay quienes se la agregan al café o simplemente la comen a cucharadas. Como puede ser muy costosa o a veces cuesta encontrarla en los supermercados, aquí te enseñamos a prepararla tú mismo.

Esta receta es simple y te aseguramos que no tiene casi diferencias con la comprada. Lo único es que para esta leche condensada debes preparar una justa medida, puesto que al no tener conservantes no dura lo mismo, pero te aseguras de lo que estás consumiendo, eso sí: consúmela con mesura porque es demasiado calórica y con una alta cantidad de azúcar.

INGREDIENTES

2/3 taza de azúcar

1 pizca de sal

1 cucharada de manteca

1/3 de taza de agua hirviendo

1 taza de leche en polvo

PREPARACIÓN

Para hacer la leche condensada, debemos contar con una licuadora, mixer o procesadora. Lo primero que haremos será poner a hervir el agua, la manteca, la sal y el azúcar en una cazuela.

Cuando todo esté muy disuelto, obtendremos una consistencia de almíbar, dejamos enfriar solo unos minutos y colocamos esto en el vaso de una licuadora.

Ponemos a andar la licuadora y vamos agregando de a dos cucharadas la leche en polvo. Cuando se integre, colocamos otras dos cucharadas y así hasta incorporar muy bien.

Si nos gusta que quede más espesa, le agregamos un poco más de leche en polvo. Si la preferimos líquida, entonces echamos un chorrito de agua, pero hay que tener en cuenta que estas son las proporciones ideales.

Vertimos la mezcla en un frasco de vidrio esterilizado y llevamos a la heladera, y así tendremos nuestra leche condensada lista para usar en cualquier momento.