CASI CUARTO DE SIGLO

El obstáculo que la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín nunca pudieron superar en su matrimonio

La vida nos les ha sonreído del todo.
domingo, 3 de octubre de 2021 · 10:41

Mañana 4 de octubre se celebrarán 24 años del casamiento entre Iñaki Urdangarín y la Infanta Cristina. Cómo olvidar esa boda, una de las más habladas de la época, donde la monarquía todavía era bien vista y la promesa de un joven atleta integrándose a la familia real resultaba muy atractiva.

Iñaki Urdangarín y la Infanta Cristina se conocieron en los Juegos Olímpicos de Atlanta. Fue allí donde ambos quedaron completamente fichados. El deportista de balonmano no obtuvo la medalla, pero se llevó a casa el amor de una royal.

Desde ese momento empezaron a salir y pronto se casarían. La Infanta Elena ya estaba casada con Jaime Marichalar y la corona empezaba a ejercer cierta presión sobre la Infanta. Juntos protagonizaron una de las bodas más exageradas de la realeza. Aunque después vino la del Rey Felipe con la Reina Letizia y eso cambiaría las cosas.

Mañana se conmemorarán 24 años del día en que Iñaki Urdangarín y la Infanta Cristina dieron el sí en el altar. Pero los problemas de corrupción que el deportista enfrentó hicieron que todo lo que tenga que ver con la hija de la Reina Sofía quedara turbio. Además, se complementó con los problemas con Hacienda que venía teniendo el Rey Juan Carlos.

Iñaqui finalmente fue juzgado y condenado. Su tiempo en la cárcel estaba fijado en 5 años y seis meses. Han pasado casi tres años y ya goza de libertad condicional. Además, tanto él como su esposa están completamente apartados de la realeza. Letizia construyó un fuerte divisor entre su esposo y sus hermanas, así ninguna de ellas podría manchar el buen nombre de Felipe VI.

Él quería ser “el hombre perfecto” y no “un florero” como catalogaba a Jaime Marichalar. Lo cierto es que todo eso quedó en puras palabras. Urdangarín tiene muy mala reputación y eso ha empastado por completo la imagen de Cristina de Borbón. Hoy su nombre está muy disociado de los valores de la corona. Nadie sabe cómo ni de qué vive, pero tiene una fundación privada que le da mucho rédito económico.