Los episodios caóticos entre Antonio Carmona y Mariola Orellana que podría haberles costado la vida

Esta semana "Lazos de sangre" traía un nuevo documental que nos ponía los pelos de punta al descubrir que a pesar de que los Carmona llevaban el arte en la sangre y como familia de afuera todo parecía en orden, la realidad es que nada estaba en su lugar y de hecho los peores problemas los tenían Antonio Carmona, del grupo Katama, y su mujer Mariola Orellana.

Desde un inicio que el matrimonio de Antonio Carmona y Mariola Orellana fue bastante complicado, migraron de Granada a Madrid con solo una bolsa de plástico como maleta  y se compraron un piso en el que tenían que vivir 10 personas y solo era de 25 metros cuadrados.

Igualmente el cantante y su esposa no solo han sufrido de estos orígenes humildes sino sobre todo la lucha por alcanzar sus metas y superar las pérdidas que los golpearon desde muy jóvenes, además de haber compartido un matrimonio que claramente parecía un cuento de hadas aunque sin lugar a dudas podría haber terminado como una trágica novela de Shakespeare.

Antonio Carmona y Mariola Orellana son un matrimonio de 28 años de casados que han sufrió alguno que otro bache a lo largo de su relación pero que siempre supieron salir a flote para bien o para mal, tienen dos hijas en común que siguen los pasos del mundo artístico y se pasean bastante orgullosas con el apellido Carmona como bandera.

En un principio la familia de Antonio Carmona no aceptaba la relación por tratarse de una "paya", esta discriminación les fue muy difícil de aceptar puesto que ellos pensaban que ya no existía entre tipo de diferencias culturales pero vaya que les pesó; de hecho Mariola confesó en "Lazos de sangre" que su suegra le hacía la vida imposible y que jamás llegó aceptarla del todo: "Iba a hacer todo lo posible por quitarme de en medio".

El sufrimiento y el caos duró largos años, hasta Mariola confesó que Matilde, la madre de Antonio Carmona, deseaba que perdiera a su hija cuando estaba embarazada de la primera nieta de la familia. Sin embargo, tiempo después no se sabe exactamente cuándo, la suegra terminó aceptándola, de hecho la propia mujer fue la que apareció en el programa admitiendo: "Luego me ha ganado la rubita, para mí, es mi hija".

Hemos tenido momentos de crisis, pero como todo el mundo que lleva más de treinta años conviviendo

Justamente, Mariola no dudó en aceptar que en 2011 decidieron separarse, pero tal vez por todo lo que lucharon para estar juntos o por la fuerza que los guía desde el amor nunca lo lograron, no pudieron pasar ni dos meses sin verse y desde entonces que reconocen que son el mejor equipo.