El día que Lucía Bosé casi acaba con todo tras descubrir la peor mentira del padre de Miguel Bosé

Lucía Bosé, la madre de Miguel Bosé, fue una de las mujeres más revolucionarias y cautivantes de su época. De hecho, podría ser considerada como una de las artistas que se animaron a formar parte, indirectamente, de la segunda ola del feminismo -movimiento político y social que postula la igualdad de los derechos de las mujeres y hombres-. Se marchó del hogar familiar en Milán, Italia, cuando tan solo era un jovencita de 16 años, con ansias de conquistar el mundo.

Al poco tiempo era reconocida en Italia, España y en muchas regiones europeas, a sus pies caían rendidas personalidades de todos los ámbitos: Reyes, pintores, actores, músicos, políticos. Se puede destacar su gran amistad con Salvador Dalí, Pablo Picasso, Jean Cocteau, Luchino Visconti, o Camilo Sesto, pero, al parecer, su corazón estaba reservado para aquel hombre que le dio tanto amor como disgustos, Luis Miguel Dominguín.

El padre del cantante y de las reconocidas Lucía y Paola Dominguín fue caracterizado por el escritor Ernest Hemingway como una fusión "don Juan y Hamlet", pues muchísimas mujeres quedaron deslumbradas por su encanto, incluso, la información que se filtró en los medios de la época -décadas del 40 y 50- daban cuenta que la modelo checo-mexicana, Miroslava Stern, se había quitado la vida por no ser correspondida por el exmarido de Lucía Bosé.

Los romances del padre de Miguel Bosé fueron muchos, algunos conocidos y otros no tanto, se lo vinculó con: Lana Turner, Rita Hayworth, Marta Alban, Lauren Bacall, María Félix, Ava Gardner, Cecilia Albéniz, Rommy Schneider, Ira de Furstenberg, entre otras. Finalmente, el diestro se cautivó completamente por Lucía Bosé, contrajeron matrimonio el 1 de marzo de 1955 en Las Vegas. Se conocieron en una fiesta que se desarrolló en la embajada de Cuba en el año 1954 y desde aquel momento "Luismi" no habría dejado de insistir, pero, la artista conocía muy bien su fama, así que no se dejó engañar tan rápidamente,

Juntos vivieron felices y enamorados, al poco tiempo llegaron sus hijos: Miguel Bosé, en el año 1956, Lucía Dominguín en el año 1957 y Paola Dominguín en el 1960. No obstante, suelen decir que "el zorro pierde el pelo, pero no las mañas", Lucía Bosé estaba enterada de ciertas deslealtades por parte de su marido, las cuales, decidió perdonar en muchas ocasiones, según lo declaró para la revista Vanitais tenía un especial motivo: "Entre las muchas razones por las que lo perdoné, estaba que yo conocía ese lado frágil de su personalidad que él nunca había manifestado. A pesar de todo, los que compartimos fueron años muy intensos, llenos de mil experiencias".

Pero hubo una particular mujer que ni Lucía Bosé, ni sus retoños pudieron olvidar, así lo destacó Miguel Bosé en el libro "El Hijo del Capitán Trueno", su nombre era Mariviví Dominguín -hija de Ana María, la hermana del abuelo Domingo, en resumidas cuentas era la prima del mítico torero, familiaridad que no les impidió mantener una relación a escondidas, eso sí, hasta que la actriz italiana los descubrió y se acabó su amorío.

Miguel Bosé recuerda muy bien a su tía, Ana María del Milagro Gutiérrez González, 20 años menor que su progenitor, el cantante se refiere a ella en su obra autobiográfica como "demonio, mala gente, envidiosa, falsa, lagarta, bruja". Un día cualquiera del año 1968 Lucía Bosé llegó a una de las fincas que poseían en Villa Paz, allí encontró a su esposo con su amante y sin dudarlo prendió fuego a la casa, de hecho, tiempo después exclamó que estaba dispuesta a quitarle la vida al padre de sus descendientes y a su querida, a quien ella la cuidaba como a una hija más.