Fue por ella

Jesulín de Ubrique se habría arriesgado a todo por la mujer que más admiraba, Rocío Jurado

El diestro confesó el porqué de lo que hizo.
sábado, 20 de marzo de 2021 · 16:50

Jesulín de Ubrique dio otra sorpresa más en el programa “Dos parejas y un destino” cuando reveló, cual primicia, el motivo por el cual decidió dedicarse al mundo de los toreros y fue nada más y nada menos que por Rocío Jurado.

Sin duda tener a la artista en cartelera era sinónimo de éxito. Durante toda su carrera, la gran artista se dedicó a cultivar grandes amigos y un público que la respeta muchísimo. Jesulín de Ubrique vio la oportunidad de acercarse a la diva y no escatimó en esfuerzos.

Según lo que reveló a Chenoa, Jesulín habría impedido a su padre que vendiese un campo para poder pagar el caché de Rocío Jurado. La diva iba a actuar en uno de los festivales organizados por su padre, quien estaba dejando prácticamente la vida entera en hipotecas.

Jesulín quiso ayudar a su padre e impedir que este vendiese un campo para pagarle a la Jurado, que sin duda lo valía, pero, vio una mejor alternativa para poder quedarse con el pan y con la torta.

Fue la cantante de lentos la que lo incentivó a tomar el capote y salir a torear. Le dijo a su padre qué opinaba de la idea y este asintió. Fue así que Jesulín de Ubrique consiguió el dinero necesario para pagar el caché completo de la Diva sin perder ni una sola propiedad y ganándose su destino:

Lo primero que gané fue para pagar ese dinero que se había pedido al banco para la madre de Rocío Carrasco. Y a partir de ahí empecé con mi profesión.

Resultó ser que le encontró el gusto al mundo de la tauromaquia y decidió profesionalizarse más hasta convertirse en el gran diestro que es. Lógicamente su encanto estuvo acompañado por su pasado musical y su encanto para conquistar mujeres. Pero este es un capítulo aparte del que ya profundizaremos más adelante.

Rocío Jurado es la responsable de que el esposo de María José Campanario sea el hombre que es en la actualidad. Un gesto de determinación que marcaría el inicio de un impecable legado como torero.