ENTREGÓ TODO

El tormento que vivió Camilo Sesto por el afán de cumplir sus sueños

El cantante a veces no era consciente de lo que generaba.
sábado, 22 de mayo de 2021 · 03:00

Sin dudas, una de las características más sobresalientes de Camilo Sesto cada vez que se presentaba en algún escenario, era su derroche emocional ante el público que no le quitaba la mirada ni un segundo. 

Claro está que el alicantino tenía condiciones vocales muy portentosas, pero, además de ello, se destacaba del resto de los artistas porque cantaba con las entrañas. 

Las letras de las canciones de Camilo Sesto exigían eso porque hablaban de emociones fuertes. Así es como llegó a convertirse en uno de los intérpretes insignia de España y también ganó popularidad en América, Asia y Europa. Para él, no eran un impedimento los idiomas, pues en más de oportunidad cantó en inglés, italiano, portugués y alemán.

El oriundo de Alcoy contaba con un público variado entre mujeres de su misma edad que enloquecían cada vez que lo veían aparecer, adolescentes eufóricas que se animaban a todo con tal de estar cerca de él y señores que lo admiraban tanto que trataban de imitar sus gestos y movimientos.

Camilo Sesto despertaba una pasión indescriptible en su gente al punto que a veces ni él era consciente de la desesperación que tenían sus fans por quedarse con un recuerdo suyo. "No sabría valorar el vestuario que me ha quedado hecho añicos por las buscadoras de reliquias. Por todo el cuerpo tengo señales de arañazos, dentelladas y heridas más serias", confesó en alguna de las tantas entrevistas que concedió a la prensa.

Incluso, el cantante recordó algunas anécdotas que vivió en el exterior con sus seguidoras. "En San José, California, una admiradora intentó arrancarme una cadena que llevaba al cuello, bastante sólida, y me hizo una herida muy respetable", aseguró. Luego reveló que en una ciudad de México una fan estuvo a punto de ahogarlo por intentar quitarle una bufanda. "Tuve que defenderme con una contundente bofetada cuando ya me faltaba la respiración". Además, dijo que era imposible llevar la cuenta de los relojes y las pulseras que le desaparecieron.