Héroes del Silencio, una historia rodeada de polémicas que siguen resonando cuatro décadas después

Héroes del Silencio fue uno de los grupos musicales más reconocidos de la década del 80. Conformado por cuatro jóvenes de Zaragoza, en sus inicios estaban solamente Enrique Bunbury como vocalista y guitarra rítmica, acompañado por Juan Valdivia, en la guitarra solista, poco a poco fueron logrando su fama. Al tiempo se agregaron para darle más sentido y complejidad auditiva a la banda Joaquín Cardiel en el bajo y Pedro Andreu encargado de la batería.

Exitosos en España, en parte de Europa y principalmente en toda Hispanoamérica, estuvieron juntos durante 12 años en los cuales supieron sembrar y cosechar el fruto de las canciones y de la emotividad que transmitían con su arte. Otorgaron más de mil conciertos, vendieron más de seis millones de discos y terminaron separándose en el año 1996 por motivos que hasta hace pocos días se desconocían.

Con el reciente estreno del documental en Netflix, "Héroes: Silencio y Rock & Roll", las intrigas sobre la disolución del grupo más exitoso de su época crecieron sobremanera. Lo cierto es que fue de público conocimiento que, a pesar de componer letras sobresalientes y destacadas, los músicos eran un tanto arrogantes para lo que se esperaba de ellos.

En este sentido, se podría suponer que la lucha de egos fue lo que llevó a que Héroes del Silencio llegara a su fin de manera indefectible. De acuerdo al libro de Antonio Cardiel, hermano del bajista, se pudieron conocer algunos pormenores. Este escrito se trata de la historia documentada del grupo, en donde uno de los fundadores expresa cómo sucedió todo.

Valdivia confesó, en otras palabras, que Enrique Bunbury habría sido el culpable de que Héroes del Silencio se disolviera. Un día, en Tijuana precisamente, el cantante reunió a sus tres compañeros y les presentó una lista interminable de cómo debería seguir la banda a partir de ese momento: "Una de las cosas que exigió Enrique en esa reunión fue que debíamos mentir a la prensa. Aquel escrito yo lo llamo dictadura". "No habría guitarras eléctricas, las canciones serían cortas, era obligatorio investigar con las nuevas tecnologías".

Sin dudarlo, el guitarrista de Héroes del Silencio se levantó y se fue. Aún quedaban ocho meses de gira y casi un centenar de conciertos, ese momento fue el principio del fin. El clima entre los artistas era insostenible y, como si eso fuera poco, decidieron prescindir de los servicios de su representante, mientras que la compañía les exigía más singles. Nadie pudo tolerarlo y todo terminó por concluir de una vez y para siempre.