Madurez y profundidad

Una visita inesperada irrumpe en la vida de Sara Carbonero y no se trata de Iker Casillas

Es tiempo de recibir las buenas nuevas.
martes, 15 de junio de 2021 · 23:09

La vida de Sara Carbonero dio un giro de 180° este año, más precisamente el 12 de marzo cuando anunció a través de su red social de Instagram que su vida al lado de Iker Casillas, aquel portero de la selección que supo robarle un beso en cámara frente a todo el mundo, llegaba a su fin.

Nunca quedó claro el motivo, si fue desgaste o si hubo alguien más en el medio. Ellos dijeron que no volverían a hablar del asunto y hasta ahora cumplieron. El primero en marcharse de la residencia fue Iker Casillas. Meses después, le siguió Sara Carbonero y, hoy por hoy, así se mantienen las cosas.

Uno en una casa y el otro en la suya. Los dos viven cerca porque son padres de dos niños que requieren cuidados. El hecho de vivir en un perímetro relativamente cercano ayuda a ambos para sostener a sus hijos, llevarlos a la escuela y que, de alguna manera, sientan que siguen siendo acompañados por sus progenitores. 

Pero, por dentro, la procesión es otra cosa. Sara Carbonero ha intentado rehacer su vida al igual que Iker y, de momento, la viene llevando como puede. Cada tanto, en sus redes sociales, nos muestran parte de este proceso en su cambio de vida que, por ahora, viene siendo bastante calmo y apacible.

La irrupción en la rutina

Una visita inesperada vino a sorprender esta mañana la vida de la periodista de radio “Marca. Como dijimos, cada tanto enseña parte de este proceso y nosotros desde aquí reconstruimos las piezas de este rompecabezas.

Una bella libélula posó sobre los objetos de Sara y se dejó fotografiar. Automáticamente, la periodista buscó el significado de la misma y nos dimos con una sorpresa. Como bien dijimos, ella también es quien abre una ventana hacia su transformación, la nueva versión de sí misma.

Tal como el texto publicado en las historias de Sara Carbonero dice, las libélulas simbolizan este cambio de perspectiva, madurez y transmutación. Son guardianas espirituales que vienen a simbolizar un cambio de eje, una apertura espiritual hacia una nueva faceta y a reforzar los conocimientos aprendidos los últimos meses.

Y si alguien aprendió demasiado los últimos meses sobre la vida y cómo salir adelante es Sara Carbonero. No sabemos bien cuáles son sus planes a futuro, pero, de lo que sí estamos convencidos, es que esta nueva faceta de la periodista viene recargada de una sabiduría mayor. Todo puede pasar y la carta de la “sorpresa” puede jugarse en cualquier momento.