El único deseo que Rocío Jurado quería cumplir antes de partir

Rocío Jurado ha sido una de las artistas más reconocidas en España, falleció en el 2006, pero aún luego de 15 años su nombre sigue siendo noticia, ya sea por tantos recuerdos que ha dejado como por la cantidad de polémicas que protagoniza su familia en los canales de la prensa rosa.

Sin ir más lejos, tanto su figura como la de José Ortega Cano, su último esposo, han cobrado de repente mucha difusión luego de que Rocío Carrasco estrenara su documental "Rocío, contar la verdad para seguir viva" y allí revelara varios detalles del matrimonio de su madre con el torero.

Lo cierto es que la más grande fue admirada por mucha gente gracias a su impresionante carisma, hermosa e imponente voz y por ser una de las primeras mujeres por aquella época que ya pisaba fuerte y decía lo que pensaba sin problemas de lo que pudiera generar, en medio de este contexto fue que la conoció José Ortega Cano.

El maestro era un gran admirador de Rocío Jurado y siempre había deseado conocerla, a él lo invitó un amigo a una reunión y allí fue donde se conocieron. El amor parece haber surgido para los dos por igual, ante las cámaras y por sus testimonios parece ser que se querían como si se tratara del primer amor.

Muchas fuentes confirman que en realidad Rocío Jurado no tenía ganas de casarse de nuevo, ya lo había hecho con Pedro Carrasco el padre de su primera hija Rocío Carrasco, pero José Ortega Cano estaba entusiasmado por contraer matrimonio con ella y como una manera de complacerlo aceptó.

Nos duele en el alma el día que nos separamos el uno del otro. Mi vida ha dado un giro tan hermoso que me siento como otra persona en mi forma de ser, y sobre todo, amando.

Las imágenes que existen de la boda entre Rocío Jurado y José Ortega Cano demuestran que eran realmente muy felices, ella misma lo describía como: "El hombre que me ha devuelto la felicidad" y expresaba que desde que lo conocía solo vivía para complacerlo, además admitía que estaba tan enamorada que muchas veces les costaba a ambos despegarse. Sería imposible negar que a José Ortega Cano se le ilumina la mirada cada vez que recuerda a su querida esposa.