ESTABA DISPUESTA A TODO

El único amor al que Rocío Jurado jamás se atrevió a renunciar

La cantante tenía todo asegurado.
miércoles, 14 de julio de 2021 · 11:32

Incontables son los premios y galardones que engalanan la trayectoria de Rocío Jurado, tanto es así que los reconocimientos póstumos aún mantienen vigente el indescriptible talento de "La Chipionera". Era única e inigualable. Además, tenía una especial particularidad que la hacía destacarse del resto.

La madre de Rocío Carrasco "era de España" y llevó a su tierra a todos y a cada uno de los países en los cuales deslumbró con su arte. De hecho, muchos habrían sido los ofrecimientos que tuvo para cantar en otros idiomas, sin embargo, jamás fue en contra de sus sentimientos y de su esencia, pues sus ideales y valores también estaban en juego al ser una artista de talla internacional.

"La Insuperable" logró llegar donde ningún otro músico más habría podido, algunas de sus distinciones en Estados unidos fueron: Premio La gran manzana, Trayectoria profesional, Cantante Hispana de la década en Miami, Premio “Aplauso 92”, Reina del Carnaval, Artista Internacional del Año, Mejor Voz Femenina del Siglo XX - "Premio La Voz del Milenio", entre otros.

A pesar de que Rocío Jurado conquistó a sus fanáticos que se encuentran cruzando el Atlántico nunca quiso cantar en otro idioma que no sea el propio: "No he cambiado mi forma de ser, posiblemente ha cambiado mi mentalidad al abrirme a otros públicos. Yo sigo viviendo el mundo flamenco, ya no tan intensamente, pero en mi vida, con mis amistades".

En mis conciertos llevo la cultura y la música de mi tierra.

Lo cierto es que no era necesario que Rocío Jurado hiciera muchos esfuerzos para lograr captar la atención del público, puesto que su presencia escénica y su expresividad ya lo eran todo: "Nosotros en España adoramos a Frank Sinatra, Steve Wonder y Diana Ross, y ellos cantan en su lengua. Creo que a mi me pueden querer también cantando en mi idioma. Si el cantante gusta, gusta en francés, en inglés o en español".

Creo que no existen barreras cuando el sentimiento es auténtico.