El verdadero motivo por el que Isabel Pantoja se negaría a firmar la paz con su hijo Kiko Rivera

El próximo dos de agosto, faltan dos semanas, Isabel Pantoja cumpliría 65 años. Esto significa muchas cosas, no solo un año más de vida para nuestra querida tonadillera. Ese mismo día se cumple un año desde que su hijo Kiko Rivera abrió una caja de Pandora con todos los desastres adentro.

Desde ese momento hasta el día de hoy ha sido una batalla campal mediática que ha trascendido incluso las fronteras españolas. Pensemos que, de pronto, Isabel Pantoja vivía su propia pandemia en su casa, rodeada de periodistas y noticieros.

Kiko Rivera la expuso delante de todos: ella tenía en su poder objetos de Paquirri más otros más que no supo describir en un cuarto de Cantora. El DJ empezó a atar cabos sueltos y se dio con que su madre lo había embargado desde los dos años.

Idas y vueltas, todo pasado por el imparcial filtro de la prensa y los medios, quienes incluso han llegado hasta quemar una fotografía de Isabel Pantoja en vivo por televisión. Todo esto tenía un final más que predecible: la catástrofe.

Pero pese a los contantes ladridos, Kiko Rivera jamás mordió, al menos hasta ahora. El DJ interpuso una demanda contra su tío Agustín, a quien acusaba de apropiación indebida y citó a la propia Isabel Pantoja de testigo. La tonadillera reaccionó de mala manera, yendo a declarar, pero automáticamente ejerciendo trámites para que la herencia no quede en manos de su hijo.

Una fuente cercana al medio “Informalia” asegura que la cosa entre ellos sigue tal y cual está. Se produjo el rumor de un acercamiento porque la tonadillera volvió a seguir en redes sociales a su hijo, pero esta misma fuente cercana asegura que en realidad es la persona que gestiona sus redes quien ejerció ese “click de amigos”.

Todos los aquí presentes, lectores y redactores, conocemos como es el carácter de Isabel Pantoja. Una mujer que siempre ha presumido por su tenacidad y firmeza, caprichos podríamos decir. Kiko, como fiel sangre de su sangre, tiene las mismas características. La diferencia en ambos está en que quizás el músico sacó la delicadeza para hablar de los toros de su padre, pues no se mide en nada a la hora de insultar o hablar mal de su progenitora.

Kiko le ha amargado los últimos años de su vida.

Asegura esta fuente a “Informalia” que aquí tomamos para concluir esta historia. Una historia que no tiene fin de momento y que ha dejado hasta el momento saldos de heridas sin sanar.