La promesa que Rocío Jurado pudo cumplirle a su gran amor hasta el último día de su vida

Hay un nombre que por más que pasen los años quedará grabado en la memoria de todos los que la quisieron y la recuerdan, tanto por su ejemplo de lucha y superación siempre como por dejar un gran legado en su género musical, ella es Rocío Jurado.

Esta chipionera comenzó desde muy joven y siempre vivió con demasiado esfuerzo cada paso de su vida, se trataba de una mujer firme y decidida que no vacilaba nunca en tomar decisiones. Rocío Jurado se caracterizó siempre por llevar ella misma las riendas de su vida pasara lo que pasara.

Además, la más grande nunca olvidó sus raíces y todo el amor que sentía por su tierra. Chipiona era el lugar que más quería en el mundo y por esa razón instaló su gran mansión ahí, formó su familia y regresó cada vez que tenía oportunidad.

Entre muchas cosas a las que era devota y fiel, Rocío Jurado tenía un fuerte apego a la religión y por sobre todas las cosas le pedía demasiado siempre a la Virgen de Regla, que justamente es la patrona de Chipiona y por lo visto muy milagrosa para ella.

Rocío Jurado tenía mucha fe en cada pedido que le hacía a la Virgen de Regla, y aunque poco se sabe de cuáles fueron exactamente los asuntos que le cumplió, por lo visto eran bastante, porque la chipionera nunca dudó en cumplir cualquiera sea la promesa que hubiera hecho.

La devoción de Rocío Jurado por la Virgen de Regla era tal que hasta llegó a suspender giras y shows por asistir el 8 de septiembre a Chipiona, donde se celebra la fiesta de esta deidad en la zona. La vez que fue más llamativa la presencia de la cantante se trató del año 2005, cuando tras haberse ausentado por su tratamiento e intervención para curar el cáncer, regresó de rodillas a agradecerle a su Virgen de confianza.