UNA VERDADERA TORTURA

La angustiante reflexión de Julio Iglesias sobre el momento más terrible de su vida

El cantante quedó marcado ante un hecho desgarrador.
martes, 27 de julio de 2021 · 16:55

A comienzos de los años ochenta, las noticias que retrataban la vida de Julio Iglesias parecían escribirse en oro frente a sus éxitos, pero en él lejos estaba de residir en la gloria. Recién separado de Isabel Preysler y afincado en Miami en pos de intentar conquistar el mercado estadounidense, el cantante que lo tenía todo se encontraba vacío.

Coqueteaba con la gloria pero a la vez oscuros pensamientos lo rodeaban, a tal punto que pensaba si todo lo que le sucedía valía la pena. "Me olvidé de vivir", uno de sus grandes himnos, es un fiel reflejo de su corazón. "De tanto jugar con los sentimientos viviendo de aplausos envueltos en sueños; de tanto gritar mis canciones al viento ya no soy como ayer, ya no sé lo que siento. Me olvidé de vivir...", canta Julio y aún hoy nos emociona.

Intentando espantar aquellas soledades, se refugió en el trabajo y en su casa de Indian Creek, donde llegó en 1981. Esa isla se convirtió en el fuerte de sus emociones y de allí no quiso irse más. Su familia pasó las Navidades con él en su nueva casa y todo parecía a todo dar para el cantante... Sin embargo, algo cambió los planes.

El 30 de diciembre de 1981, Julio Iglesias Puga, padre del astro de la canción, estaba nuevamente en España. El afamado médico accedió a participar de un documental televisivo alemán dedicado a su hijo. Así como confiaba en todos, dio el visto bueno y lo que parecía ser el traslado al estudio de grabación en la capital española terminó siendo el inicio de semanas de horror. Aquel especial en honor a su hijo fue el anzuelo perfecto para ETA.

No ponga usted resistencia y le irá mejor. Esto es un secuestro.

El primero en saber lo que estaba sucediendo fue el por entonces manager de Julio Iglesias, Alfredo Fraile, quien contó que cuando le dijeron lo que sucedía fue corriendo a casa del compositor madrileño y al llegar, Julio notó en su rostro desencajado que algo malo sucedía y era con su padre. Otra versión indica que quien lo alertó fue Isabel Preysler en una llamada telefónica.

De repente Indian Creek pasó ser el refugio soñado de descanso y placer del cantante a ser epicentro de una base de operaciones de fuerzas de seguridad y de medios de comunicación de todo el mundo, quienes se encontraban al pie del cañón de la noticia que paralizaba al mundo entero.

Durante el secuestro de su padre, Julio Iglesias se encontraba en un limbo. Podía pasar horas frente al teléfono esperando un llamado que nunca llegaba y los suyos lo animaban a que se acerque al piano y termine una canción que quedó a medias tintas. El no podía, solo reaccionaba cuando una radio de noticias españolas anunciaba que la temperatura en el país era fría. "Pobre viejo, con el frío que hace en Madrid y él sin abrigo, porque nunca lleva abrigo", decía el cantante, abatido y desolado.

Julio cargaba con el peso de la culpa al creer que el secuestro era por mérito de su éxito. "Si no fuera quien soy, a mi padre no lo hubieran secuestrado. Eso está claro, eso me atormenta", fue una de las desgarradoras frases que se animó a esbozar el artista frente al equipo de Revista ¡Hola! que se encontraba allí. Mientras tanto, Julio Iglesias Puga se preguntaba como estarían todos y cuánto habrían pedido por su rescate. 

Luego de veinte días de angustia y más por casualidad que por acción concreta, Julio Iglesias Puga era encontrado por la Policía. “Estaban investigando otro secuestro y llegaron hasta el lugar. No se pagó rescate pero sí hubo un intento de cobrarlo cuando ya el doctor estaba libre”, explicó Alfredo Fraile.

Entre la alegría por su aparición y cargado de temor ante posibles represalias, ya que ETA no llegó a cobrar rescate, Julio Iglesias tomó la decisión de pedirle a Isabel Preysler que se mude con los niños a Miami.