SIN RODEOS

La inquietante confesión de Joaquín Sabina al atravesar una difícil prueba: "Temo al deterioro"

Una de las más difíciles del cantante salió a la luz.
sábado, 31 de julio de 2021 · 10:41

Joaquín Sabina es conocido como uno de los más grandes artistas de España y con una talla internacional innegable, el cantante ha sabido cultivar el mayor de los aprecios de fans, colegas y seguidores alrededor del mundo haciendo siempre una sincera apuesta ante su público, en cualquier escenario nacional o internacional. 

En 2016, el artista español se encontraba realizando una de sus más esperadas giras después de atravesar un delicado episodio personal: había sufrido un accidente cerebral que comprometió seriamente su salud. Esto llevó a que muchos periodistas preguntaran sobre su evolución y cómo enfrentaba esta situación que parecía alargarse más y más.  

Aunque ya Sabina había retomado la escritura a buen ritmo, habían dolencias físicas que llegaron a limitarlo en muchas ocasiones, lo que hizo despertar varios miedos en la mente del artista. 

“Le tengo miedo no a envejecer, le tengo miedo al deterioro. Mi accidente cerebral es un accidente que no duele. El brazo y la pierna derecha  se quedaron sin circulación. No duele nada, pero al tercer día me levanté para ir al baño, y me tuvieron que bajar los calzoncillos. Eso, a los de mi pueblo nos humilla mucho", comentaba el artista en una entrevista. 

Para esta gira, que finalizaba en Chile y que agrupó varios países de Latinoamérica, en esta oportunidad, Joaquín Sabina tuvo dificultad para subirse otra vez al escenario, y los primeros conciertos de la gira fueron algo tensos, pero al final de la gira en España se comenzó a sentir en casa.

En esta misma entrevista, el cantante español hacía referencia a lo importante que había sido para él refugiarse en la escritura en los momentos difíciles y salir de nuevo al ruedo; además, contó que gracias a ese don, pudo superar los más oscuros momentos, incluso en medio de sufrir algunas dependencias a sustancias. 

“Durante los años de bohemia disparatada, de vértigo, siempre pensé que estaba incumpliendo algo, que tenía un pequeñito don, que era que podía juntar dos palabras. Y no me pasaba ni media hora al día escribiendo. Lo bueno que ha tenido el retiro de la bohemia es que puedo dedicar más tiempo a escribir; lo malo es que antes podía estar tres días y tres noches acabando una canción con unas rayitas. Ahora, como no tengo, de pronto me duermo como un viejecito. Pero estoy escribiendo más que nunca, y eso me gusta”, confesaba a periodistas.