Camilo Sesto nunca pudo obtener aquello que tanto anhelaba

Aunque Camilo Sesto llegó a convertirse en el mayor ídolo de la canción romántica tras vender más de 60 millones de discos en todo el mundo, las cuestiones sentimentales en su vida siempre fueron un verdadero misterio. Incluso hubo quienes señalaron que el artista escondía muchos secretos acerca de lo que sucedía detrás de los escenarios, las cámaras y el público.

El alicantino fue hasta considerado un maestro de la poética del corazón durante varias décadas, gracias a una fórmula infalible que aplicaba en su música: cantarle a aquellos sentimientos profundos, a las ilusiones y decepciones que cualquier persona experimenta en una relación de pareja. 

Sin embargo, lo que siempre resultó llamativo es que Camilo Sesto poco y nada hablaba de su vida amorosa. De hecho, cada vez que era consultado sobre el tema en alguna entrevista, siempre encontraba una respuesta para conformar a los reporteros o huir rápidamente de ello.

Lentamente, el intérprete de la balada romántica se fue transformando en un completo misterio. Si bien es cierto que cada vez que se habla de su historia de vida hay dos mujeres a las que se nombra, Andrea Bronston y Lourdes Ornelas, jamás dijo estar enamorado de ellas. 

Con Lourdes parece ser que solo fue una relación por conveniencia, él quería tener un hijo y ella era la única mujer en ese momento estaba dispuesta a dárselo, así nació Camilín. Y a pesar de que cuando "Lazos de Sangre" quiso rendirle un homenaje a Camilo Sesto, Bronston confesó que lo amaba de verdad y que había perdido un embarazo de él, aparentemente su noviazgo no prosperó porque Andrea no aceptó el pedido que le hizo el cantante en ese entonces, que Lourdes y Camilín vivieran con ellos.

Esto podría darnos el indicio de que Camilo podía tener una y mil historias con algunas mujeres, pero jamás pudo encontrar el amor verdadero y ese era quizás uno de los motivos por los que siempre creyó que algo le faltaba para sentirse pleno en este mundo. "Para mí, el amor es el motor que lo mueve todo, porque si yo no siento amor hacia todo lo que es vida, me muero". 

Es más, él pedía a los cuatro vientos ser amado, pero no ese amor que le brindaba su público, sino que necesitaba sentirlo de otra manera, pues lo consideraba algo vital y no dudaba en expresarlo en cuanto podía. "Necesito que me quieran, porque yo, cuando quiero, lo hago a lo bestia", aseguró en algún momento. De todos modos, nunca se supo si en realidad encontró a la persona que pudo quererlo tal como él lo necesitaba.