NO DA MÁS

La última jugada de María Teresa Campos que hundiría a Bigote Arrocet

La paciencia de la comunicadora se agotó, es tiempo de eliminar algunos enseres de una buena vez.
lunes, 30 de agosto de 2021 · 12:32

Bigote Arrocet y María Teresa Campos tuvieron una relación amorosa que duró cinco años. A fines del 2019, el humorista chileno dejaba a la presentadora por motivos que, hasta el momento, no han sido del todo claros.

Lo cierto es que dentro del corazón de María Teresa quedó tatuado un profundo rencor. Lo peor de todo fue que Bigote Arrocet se marchó de su vivienda, pero dejó algunos objetos en la mansión de la líder del Clan Campos. Por ejemplo, un par de autos.

Todos estos desafortunados episodios estaban en el plano de los recuerdos. Es decir, sabemos que María Teresa Campos es la reina de la polémica, pero esta relación y su posterior ruptura ha tocado muy de cerca su fibra más sensible. No era un tema del que le agradase hablar del todo. Pero llegó Terelu y todo cambio.

En una inocente entrevista de madre a hija, Terelu la invitó a recordar su última relación. Implícitamente estaba el nombre de Bigote Arrocet, con lo que María Teresa Campos no dudó en sacar toda esa ira que tenía guardada dentro y se expresó como es debido.

Sin quererlo o no, se desató un verdadero escándalo. Semanas enteras nos hemos dedicado a hablar sobre este tema resurgido desde la tumba más profunda. Los dichos de la veterana locutora no sentaron nada bien al entorno familiar del chileno y salieron a atacarla. Palabras no gratas fueron directo a la yugular de la Campos.

Todavía este escándalo da que hablar, pero como diría el poeta ruso Chejov “la tormenta ya pasó” y ahora María Teresa Campos se está por deshacer del ultimo recuerdo de su ex amorcito. Resulta que Bigote olvidó sus autos en el garaje de la mansión de su ex novia. Ay Bigote que error has cometido.

Un amigo de María Teresa Campos se ofreció a retirarle los autos y llevarlos a, vaya uno a saber dónde. Según el medio Es diario, el “personal del desguace” se encargó de que los coches de Arrocet dieran un último paseíto y así liberar de una vez por todas el espacio a la Campos.

Hoy el recuerdo de Arrocet permanece solo en la memoria de María Teresa. Ya no en su casa ni en su día a día, afortunadamente.