ESTABA PREDESTINADO

La situación límite que vivieron Meghan Markle y la Reina Isabel que habría inaugurado la grieta

Desde un primer momento se construyó la imagen equivocada de la protagonista de “Suits”.
martes, 28 de septiembre de 2021 · 12:43

Andrew Morton es el biógrafo de Lady Di, una de las personas que más conoce de las internas de “La Firma” como le llaman a la realeza británica. Si bien la Princesa de Gales abrió el hilo para evidenciar el costado más inhumano de una monarquía obsoleta, Meghan Markle y el Príncipe Harry continuarían con esa labor. La Reina Isabel no tiene descanso, definitivamente.

El biógrafo ha publicado innumerables cosas acerca de la vida de la realeza británica. En esta nota nos centraremos específicamente en el conflicto que hubo entre el Príncipe Harry y Meghan Markle cuando se estaban por casar. Supuestamente,  el enfrentamiento puso en contra a los futuros esposos con la mismísima Reina Isabel.

Meghan había sido la mujer que el benjamín de Diana había escogido para hacer su vida ¿quién podía impedirle algo? El escucho solo a su corazón y así fue que perdió hasta su título nobiliario con tal de estar con ella. Este embobamiento hizo que muchas veces quisiera saltarse algunas normas con tal de complacer a su dama.

Dicen, cuentan, cotillean por ahí según Morton que Harry habría dado la orden de que Meghan elija la tiara que ella quisiese para su boda. Esta norma no fue bien vista por los miembros del Palacio, en especial por la Reina. Dicen también que Meghan no se sentía del todo cómoda con la tiara y que por eso decidió cambiarla.

Pero Harry estaba empecinado en que Meghan Markle elija la que sea de su gusto, sin importar si eso agradaba o no a su abuela. Esto llevó a que se dispararan muchas especulaciones en los medios. Tomaron rápidamente este suceso para construir una imagen de la actriz de “Suits” como “la duquesa problemática”.

Ninguno de estos episodios ha sido confirmado por los protagonistas. Sin embargo, hay varias biografías que coinciden en que efectivamente hubo un problema el día de la boda, que alguien estaba encaprichado con una postura y que a la Reina, en sus 92 años, ya no estaba para esos rollos. Ya sabemos que cuando el rio suena es porque siempre agua ha de traer.