Guardado en su corazón

Así fue el día que Joaquín Sabina regresó con uno de sus más grandes amores

El artista siempre mantuvo establecida su lista de prioridades.
miércoles, 29 de septiembre de 2021 · 03:30

La última vez que se pudo disfrutar de la música de Joaquín Sabina en vivo, al menos por media hora, fue en el mes de febrero del año 2020 cuando junto a su hermano de la vida, Joan Manuel Serrat, ofrecieron un concierto en el Wizink Center de Madrid que, claramente, no salió como los poetas lo habían soñado. Un paso en falso del intérprete de "Malas compañías" ocasionó la interrupción del show, ya que debió ser trasladado de urgencia al nosocomio más cercano.

Afortunadamente, el pintor pudo recuperarse favorablemente. De hecho, la crisis sanitaria le habría servido para guardar reposo y poder reponerse de las operaciones a las cuales se sometió, de acuerdo a las propias palabras de Joaquín Sabina en su única entrevista del año pasado concedida a Jordi Évole "tuvo dos operaciones y hasta tuvieron que ponerle titanio en uno de sus hombros".

A pesar de sus dolencias físicas lo que más le pesaba al artista era no poder cantar y es que también en reiteradas ocasiones manifestó que subirse a los escenarios es su única gimnasia y aquello que le brinda todas las vitaminas y nutrientes que su organismo necesita para funcionar adecuadamente, lo cierto es que suelen decir que la música alimenta el alma y de eso los grandes cantantes tienen conocimiento.

Por esta razón, tal vez, sufrió tanto cuando no pudo ofrecer conciertos en su pueblo, Úbeda, ubicado en la provincia de Jaén. En el año 1968 Joaquín Sabina emprendió viaje rumbo a Granada para matricularse en la universidad de Filosofía y Letras para así poder estudiar Filología Romántica instrucción que le sirvió, seguramente, para poder crear las maravillosas canciones con las que deleito a sus fanáticos durante toda su trayectoria musical.

En el año 1970 tras proclamarse en contra del proceso de Burgos y, precisamente, en contra de todas aquellas injusticias que se vivieron bajo la dictadura franquista se exilió en París y Londres para instalarse finalmente en 1978 en Madrid, la capital lo cobijó con los brazos abiertos. En efecto, es allí donde vive en la actualidad en un piso céntrico junto a su mujer, Jimena Coronado, ubicado en  las zonas aledañas a la plaza de Tirso de Molina.

A pesar de que Úbeda es su tierra natal y su gran amor, fueron pocas las veces entre las décadas del 70 y del 80 que el compositor pudo rodearse de los lugareños que más lo aclaman e idolatran. Una de estas se dio en el año 1987 y la más recordada fue en el año 1994 cuando Joaquín Sabina se presentó en la reconocida feria de San Miguel donde los paisanos al ritmo de sus melodías apoyaron al mejor artista que dio esas tierras, sin duda, un momento que quedó grabado a fuego en el corazón y en la memoria del cantante.