El mayor tesoro que Isabel Pantoja y Kiko Rivera podrían perder tras el fallecimiento de Doña Ana

Es de público conocimiento, que Isabel Pantoja lleva años distanciada y enfrentando una batalla que parece no tener fin con su hijo Kiko Rivera, por la herencia de su difunto esposo, Paquirri. Un conflicto entre madre e hijo que desde que se desató, ocupó un lugar central en la prensa rosa hasta el día de hoy.

El heredero de la cantante le reclamaba que además de haber estado ausente en muchos momentos importantes de su vida, también lo había estafado económicamente. Uno de los motivos principales por los que Kiko decidió plantarse ante las actitudes de su progenitora, fue por el manejo que la artista estaba haciendo de la finca Cantora, donde vivía su familia.

Cuando sus problemas salieron a la luz, el DJ no pudo ocultar su enfado con Isabel Pantoja y aseguró de buenas a primeras que no pisaría de nuevo la finca mientras su abuela, Doña Ana, siga viva. De hecho, para demostrar cuán molesto estaba con su madre, dijo que ya se había despedido de la matriarca del clan.

Sin embargo, estas palabras parecían no haberle importado a la tonadillera, ya que algunos medios españoles revelaron que su intención, pese a quien le pese, era vender Cantora. Aunque fuera o no voluntad de su progenitora y su familia viviera allí, la sevillana no estaba dispuesta a cambiar de planes. Incluso, desde Telecinco aseguraron que otra de sus ideas era marcharse con su hermano Agustín al extranjero, cuando Doña Aña ya no existiera.

Ahora que la madre de Isabel Pantoja falleció, son muchas las dudas acerca del destino que tendrá la finca que albergó por tanto tiempo a la artista y a sus seres queridos, residencia que lo sigue haciendo hasta el día de hoy. Pero con este oscuro panorama, hay quienes señalan que la muerte de Doña Ana podría complicar mucho más la relación que la cantante tiene con su hijo Kiko. 

Recordemos que en noviembre del año pasado, el DJ aparecía en televisión en el programa "Cantora, herencia envenenada" dispuesto a quitarle la máscara a su progenitora. El esposo de Irene Rosales aseguró en su momento, que en 2015 firmó un documento para ayudar a su madre que se encontraba en prisión, pero tardó en darse cuenta que lo habían engañado robándole dinero que le pertenecía. "Me han robado a sabiendas de que lo estaban haciendo (...) No voy a poder perdonar a mi madre y mi padre desde donde esté, tampoco”, sentenció.