Una cocción lenta
Pablo Urdangarin, el plan perfecto y silencioso que Iñaki Urdangarín habría ideado
El hijo de la Infanta Elena es un calco de su padre en varios sentidos.
Cuando pensamos en Pablo Urdangarin automáticamente se nos viene a la mente la referencia de su padre. No es por nada y con sumo respeto a la Infanta Cristina, pero queda más que claro que el nieto de Don Juan Carlos ha elegido su camino, el mismo que perfeccionó hace un tiempo Iñaki Urdangarin.
Iñaki Urdangarin perteneció a una generación dorada del balonmano. Integró el plantel llamado “Dream Team” junto a Enric Massip, David Barrufet, Xavier O’Callaghan, Tomas Svensson entre otros grandes jugadores que entraron al Olimpo. Entre 1996 y el año 2000 ganaron cinco veces la liga ASOBAL y levantaron la Copa de Europa otras cinco veces más.
No hablamos de cualquier “hijo de”. A Pablo Urdangarin podríamos agregarlo diferentes pseudónimos ya que es “nieto de”, “sobrino de”, “primo de” y así sucesivamente, pues los Borbón están más que presente en su vida y quiera o no, influyen en su carrera deportiva. Lo curioso así es como Pablo ha sabido saltear esto, destacándose más por su rendimiento deportivo que por su nombre.
La pesada herencia
El medio El Español se tomó el trabajo de indagar a personas que comparten o conocen el rendimiento casi espartano de Pablo Urdangarin. “Es muy disciplinado, no mira a nadie por encima del hombro y pone todo de su parte para seguir mejorando” responde uno de los entrevistados.
Lo que compañeros, profesores y otros deportistas coinciden es que más allá del apellido y de las facilidades que esto le ha traído a Pablo, nadie puede negar que tiene una disciplina y un carácter para el deporte digno de todo mérito. No hay nada regalado, todo lo ha conseguido con su propio esfuerzo usando las privilegiadas condiciones que ya poseía por ser de la realeza.
El equipo de mamá o papá
La Infanta Cristina apoya muchísimo a Pablo Urdangarin, jamás mostró resistencia alguna como si sabemos que lo hace la Infanta Elena con sus hijos, por ejemplo. Por más que el joven haya elegido el camino de su padre, Iñaki Urdangarin, tiene los exquisitos modales de un royal y eso ya es suficiente para la Infanta, cuya exposición la pone en una posición más vulnerable, pero con ayuda de su hijo puede, de alguna manera, enaltecer su imagen.
