Pablo Urdangarin se ha convertido en uno de los personajes de la Familia Real más queridos por la prensa. Tomando actitudes completamente diferentes a la Victoria Federica, Froilán o la mismísima Infanta Elena, parece que el joven entiende que no hace falta ser tan despectivo con los trabajadores de los medios.

Incluso en los momentos más tensos y difíciles, como lo fue la deslealtad mediática de su padre con Ainhoa Armentia, Pablo Urdangarin mantuvo la calma y pronunció las palabras más justas.  Eso causó asombro, pues no es común ver a un miembro de la realeza tener una postura tan equilibrada y calma, menos a tan temprana edad.

Este comportamiento inspiró a remover en el baúl de los recuerdos. Puede que el presente haya borrado del pasado algunos episodios, pero Pablo Urdangarin no fue el primero en tener esta postura en la familia. La Infanta Elena sí que sabe cómo ser una perfecta mediadora.

Un rol necesario

Viajemos en el tiempo. Para poder reestablecer la monarquía, era necesario que tanto el Rey Juan Carlos como la Reina Sofía preservaran muy bien la imagen de la Familia Real. La Infanta Elena, como primogénita, fue quien mejor absorbió este rol y responsabilidad, manteniendo siempre la compostura cuando la tempestad asechaba el barco.

Corrupciones, infidelidades, reclamos, protestas y un sinfín de obstáculos aparecieron en la vida de los Borbón y, sin embargo, Doña Elena intentó siempre mantener esa imagen de equilibrio que hoy Pablo Urdangarin proyecta. Ni con mamá ni con papá, ni con el hermano menor o la hermana mayor, todos por igual.

Los defensores de la familia

Que hoy la Infanta Elena esté más del lado de su padre es lógico. Que Pablo Urdangarin esté bien con su padre y también con su madre es otro gran logro de la familia. Ambos entendieron que hay que “separar la obra del artista” y ver el panorama completo. En definitiva, son una familia, la fuente de unidad más grande y necesaria que tiene España.

Si bien los tiempos cambiaron, Pablo y Doña Elena siguen siendo las figuras que la democracia necesita. En un justo punto medio y por el bien de la Corona, ambos demuestran que se puede transitar el camino alternativo a la rivalidad.