NADIE LO ESPERABA
Bertín Osborne confirma lo que todos sospechaban sobre Sandra Domecq
El presentadora abrió su corazón.A pesar de su maravillosa historia de amor con Fabiola Martínez y su larga lista de amores, Bertín Osborne aún no puede borrar de su corazón a Sandra Domecq, la mujer con la que contrajo matrimonio en julio de 1977, en la iglesia de San Miguel de Jerez. Más allá de que habían tomado caminos por separado, siempre le fue muy difícil digerir el dolor que le produjo la muerte de la madre de sus tres hijas.
Tras una dura batalla contra el cáncer, Sandra Domecq falleció a sus 51 años en agosto de 2004. Además de su gran romance con Fabiola Martínez, Bertín Osborne siempre dejó en claro que su expareja "fue su gran amor". “Si me hubiera casado con Sandra en lugar de con 20 años con 34, probablemente seguiría casado con ella”, declaraba en una reciente entrevista.
A diferencia del artista español, la madre de Eugenia Osborne siempre se caracterizó por ser una mujer discreta. Más allá de la exposición de su marido, a ella no le gustaba participar en el mundo mediático, pero su vínculo sentimental con uno de los galanes del país la obligaba a estar en el centro de la escena.
En las últimas horas, el exmarido de Fabiola Martínez reflexionó sobre su matrimonio con su gran amor, durante una profunda conversación con Anne Igartiburu para "10 momentos". "Todos hemos cometido 50 errores en la vida y en mi caso 500. Con mis hijas, la cosa era complicada y podría haber aflojado en algún momento, me equivoqué. Pensaba, y es verdad que en esta profesión si te paras un poco, te pasan por encima", declaraba Osborne, quien admitió que "perdió la cabeza por su popularidad" y descuidó su maravillosa relación con la madre de sus tres hijas.
Te pierdes muchas cosa que ellas no olvidan. Un cumple que no estás o fechas en las que faltas porque de verdad no puedes.

Con total sinceridad, Bertín Osborne también admitió que se arrepiente profundamente de no haber visto crecer a sus tres herederas, Eugenia, Claudia y Alejandra: "Cuando ellas nacieron, yo estaba en pleno vorágine musical. Hacía giras por América 2 y 3 meses, volvía 15 días y me iba 2 meses más. No las vi crecer". Por disfrutar de su éxito, se perdió de una de las etapas más importantes en la vida de sus hijas.