Alejandro Reyes deja al descubierto la peor cara de Pepe Navarro

Como ya es de conocimiento público entre gran parte de los españoles, Alejandro Reyes está en el centro de la polémica que enfrenta desde hace años a su madre Ivonne Reyes con su padre Pepe Navarro.

Siempre de perfil bajo y evitando dar declaraciones sobre el tema, el joven rompió el silencio recientemente en una entrevista exclusiva con la revista Lecturas donde no se calló nada y arremetió con fuerza contra su progenitor. 

El momento que cambió todo

Entre sus confesiones, narró cómo fue el primer contacto que tuvo con el periodista. Cuando Alejandro Reyes perdió a su padre de crianza Víctor Matínez, sumido en la tristeza buscó aliviar su dolor interesándose por su padre biológico. "Quería saber dónde estaba, quería hablar con él, contarle lo de Víctor. Quería un padre. Mi madre nunca me habló mal de él” explica, motivo por el cual decide contarle a su madre que quiere construir un vínculo con Navarro. 

La modelo, movilizada por el sentido pedido de su hijo, le concedió el número del móvil de su expareja y respaldó la iniciativa del acercamiento. El joven cuenta que le escribió: "hola, soy tu hijo Alejandro. Quiero, por favor, quedar contigo. Recógeme. Me apetece mucho verte”. Sin embargo, su mensaje no tuvo el resultado que esperaba. 

Una herida que jamás podrá sanar

El tiempo pasaba y Pepe Navarro no respondía lo solicitado por Alejandro Reyes, quien seguía enviándole mensajes bregando por su atención, algo que finalmente ocurrió tres meses después del primer contacto.

Tardó en contestar. Lo que más me dolió fue la espera. No entendía qué había hecho mal yo. Si eres mi padre, ¿por qué no contestas? Yo miraba el chat y estaba en línea todo el rato.

Alejandro cuenta que su padre le escribió: “Hola, Alejandro, ¿cómo estás? sí, nos vamos a ver. Voy a hablar con tu madre para organizar la reunión. Te recojo en el colegio y nos vemos." El día en el que sucedería el tan esperado encuentro, él estaba ansioso y entusiasmado, pero su padre nunca se presentó a la cita. “esperé horas, toda la tarde. Creo que le pregunté por mensaje: “¿Vas a venir?”. No me respondió. Ni me recogió nunca”.

Este fue el primero de los desprecios que vendrían mucho después y que fundamentan el hecho de que, en la actualidad, Alejandro no quiera saber nada con su padre hasta el punto de rechazar rotundamente su apellido y su dinero.