El refugio de Juan Urdangarin tras la separación de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin

La separación de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, aunque aún no firmaron los papeles que legalizan su divorcio, significó un duro golpe para la Casa Real que, una vez más, debe lidiar con un escándalo público tras de que se filtraran las imágenes del exbalonmanista con su nueva pareja, Ainhoa Armentia. Sin embargo, quienes más habrían sufrido las consecuencias de este revés familiar fueron los descendientes del exmatrimonio: Pablo, Miguel, Irene y Juan Urdangarin.

De acuerdo a la información publicada hace pocas semanas por el portal Vanitatis los hermanos se habrían mantenido unidos y en constante contacto ante esta desestabilización a su cotidianidad. De hecho, tienen un grupo de WhatsApp donde los cuatro se ponen al día, pues cabe destacar que, Pablo reside en Barcelona, Miguel en Londres, Irene en Ginebra y Juan Urdangarin en Madrid.

"Es muy bueno, creo que es el que está más unido a nosotros. Es algo tímido, pero luego en casa es muy gracioso. Es de todos el que más se parece a la Infanta en carácter y a mí en el físico. Es noble y muy responsable", confesó hace pocos años el exolímpico respecto a su primogénito, quien en la actualidad tiene 22 años y a pesar del contexto actual prefiere viajar a ayudar a los más necesitados.

Según la información obtenida por El Español Juan Urdangarin se encuentra en la India, frontera con Nepal, trabajando incansablemente para un proyecto que lleva desarrollando conjuntamente con la ONG Entreculturas que tiene como principal objetivo conseguir una mejor educación en la zona. Cabe destacar que no es la primera vez que el descendiente de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin realiza este tipo de acciones sociales y solidarias.

El hijo mayor de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin es graduado en Relaciones Internacionales y Economía en la Universidad de Essex, Inglaterra y siempre estuvo comprometido con las causas que se transforman en un pequeño granito de arena para mejorar el mundo. Con esta idea fue que se marchó a Camboya a realizar un voluntariado con la ONG Sauce, del jesuita Figaredo, en el año 2018 tras terminar el bachiller y desde aquel momento no se detuvo en la concreción de sus objetivos.

Las personas que lo conocen siempre destacan su faceta solidaria y la determinación que tuvo desde pequeño para ayudar a cambiar el contexto socioeconómico de los más necesitados: "Juan es un chico profundamente religioso. Cree en un mundo mejor y trabaja para conseguirlo. No le gustan los focos, ni ser el centro de atención. Quiere ayudar, le encantan los niños y, si le dejan, se pasará la vida intentando mejorar sus vidas".