Rocío Carrasco sigue con las entregas del documental "En el nombre de Rocío" y en esta última repasa los momentos previos al fallecimiento de Rocío Jurado, el 1 de junio de 2006. Asimismo, aclara todo lo que pasó durante la enfermedad de su madre; también se refiere, por supuesto, al comportamiento de todos los miembros de su familia durante aquel proceso.

Recordemos que la hija de Rocío Jurado ha roto relación con casi toda su familia más mediática, ella alega a que nunca trataron a su madre como correspondía y es por eso que cuando falleció la artista cada uno se fue por su lado: "A partir de ese día con mi familia termina explotando. Cada uno termina por un sitio. Algunos juntos y otros por nuestro camino".

Pero lo más destacable para algunos medios es que Rocío Carrasco habló de la herencia de Rocío Jurado, quien tuvo una carrera de éxito, por lo que tenía a sus espaldas una gran fortuna que en ese momento se valuó en un patrimonio de unos 7 millones de euros, todo eso se distribuía entre su familia, aunque después de eso, su relación se rompió por completo.

Rocío Carrasco se llevaría la mejor porción del pastel

En primer lugar, Rocío Jurado nombró a Rocío Carrasco como heredera universal, sobre ella  recayó el patrimonio musical de la cantante y sus efectos profesionales y personales como trajes y joyas, los mismos que hoy ha empleado para poder exponerlos en el Museo de Rocío Jurado que se inauguró hace poco en Chipiona.

Por otro lado, la heredera universal también recibió el apartamento de Miami y la finca 'El Administrador', un terreno de casi 400 mil metros cuadrados, inmueble que había comprado Rocío Jurado durante su matrimonio con Pedro Carrasco. Por otro lado, también se llevó una parte de la venta de la casa de La Moraleja, que fue dividida con sus hermanos Gloria Camila y José Fernando. Esta decisión de la cantante tuvo su fundamento en el echo de que sentía que su hija quedaba completamente huérfana y sus otros dos hijos aún estaban bajo la protección económica de su padre.

Gloria Camila y José Fernando heredaron la legítima estricta, cuando se vendió la casa su dinero fue a parar en una cuenta bancaria que pudieron utilizar cuando fueron mayores de edad. José Ortega Cano se había casado con Rocío Jurado en separación de bienes, él recibió su parte de la ganadería de reses bravas, que compraron conjuntamente durante su matrimonio, y que estaban en la finca de Yerbabuena, que era del torero y la chipionera ayudó a refaccionar cuando estaba con él.

Por otro lado, también heredaron de Rocío Jurado sus hermanos, Gloria Mohedano y Amador Mohedano, para ella dejó su casa de Chipiona y la finca de Los Naranjos que debía repartir con su hermano, además a él le dejó una de las naves industriales que tenía en San Sebastián de los Reyes, también tuvo en cuenta a su ahijado, Fernando, a quien le dejó otra nave. Incluso contempló a Juan de la Rosa, su secretario personal, dejándole un dúplex en Chipiona.