Peculiar rutina

El método de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa para proteger su amor

La madre de Tamara Falcó y el escritor peruano dispuestos a reforzar su vida en común.
martes, 23 de agosto de 2022 · 17:30

Las noticias relacionadas a Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa despiertan siempre un enorme interés general, por ello, la revista Look no tardó en ahondar cómo termina la pareja su temporada estival tras descubrir su "refugio secreto".

Según el medio citado, la socialité hispano-filipina y el ganador de un Premio Nobel de Literatura acostumbran a hacer "un parón" cada verano para empezar el nuevo curso "renovados" y mantener así intacto su especial hábito que, a decir verdad, supone su mayor fortaleza. ¡Vaya sorpresa!

Postal de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa. Fuente: (Instagram.)

En concreto, la madre de Tamara Falcó y el escritor peruano se retiran al sur de España, en Málaga, para pasar unos días en la Clínica Buchinger donde recurren a un infalible método de ayuno que refuerza su salud.

La Buchinger se hizo para depurar excesos cometidos durante el año, al someterse a un estricto ayuno. A día de hoy, se ha convertido en uno de los centros détox por excelencia.

Tras estas palabras, el magacín explicó a sus lectores que los tortolitos se encuentran desde el pasado 15 de agosto en dicho centro médico, el cual se hizo especialmente conocido en nuestro país gracias a Carmen Sevilla. ¡Sí, la popular actriz y cantante no faltaba a su cita veraniega!

Fachada de la Clínica Buchinger. Fuente: (Instagram).

Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, una tradición de pareja que refuerza su amor

Cabe resaltar que este sitio es "un lugar perfecto para desconectar de la rutina" y, de acuerdo al rotativo, tanto Isabel Preysler como Mario Vargas Llosa hicieron del lugar una tradición de pareja ya que ambos optan por hacer una "desintoxicación" en todos los niveles. Como dato no menor, el novelista sería el que incursionó a "La Reina de Corazones" a descubrir los beneficios "físicos y mentales" del tratamiento.

El literato aprovechaba la recta final del verano para 'recluirse' en el centro con su pareja, una práctica que ha hecho desde los años ochenta y que todavía mantiene.