Carlos Herrera (65 años) tiene el corazón grande. Sus grandes amores son Pepa Gea, la radio, la comida rica, viajar, conversar con la gente y descubrir hermosos lugares como Sevilla. 

Esta ciudad es muy querida para el presentador. De hecho, en Cope estrenaron un nuevo formato de podcast muy llamativo. Convirtieron el pregón de Carlos Herrera para la Semana Santa de Sevilla 2001, en un audio titulado "A la gloria, sevillanos". 

El mayor acto de amor de Carlos Herrera más allá de Pepa Gea

Se trata de una carta que pronunció el locutor para expresar su amor a la ciudad en el Teatro de La Maestranza con un lleno total. Se quedaron afuera más de doscientos invitados." ¿Cómo no voy a acordarme del día en que volví a verte, después de tantos años, siendo yo un adolescente?. No creas, mi amor, que esas cosas se olvidan. Lucías tú una clara mañana de verano, de amaneceres que no mienten, de esas mañanas de luces blandas que te hacen gloriosa. La luz se había levantado a eso de las seis", dice al inicio de su emotivo discurso.

No creas, mi amor, que esas cosas se olvidan.

Para Carlos Herrera la ciudad sevillana es un motivo más para cantarle al amor en cada esquina, en cada bar deja su huella. En ese pregón de 2001 lo dejó muy claro que fue un amor a primera vista y para siempre. "Yo vestía de blanco, tenía veintiséis años menos y el corazón a medio escribir. Ni siquiera podía imaginar que algún día fueras a fijarte en un muchacho que se presentaba ante ti con una maleta, tres tebeos y el rostro atontado por una larga noche de tren, siempre el tren", dijo. 

Todo tiene una razón

Con motivo de la Semana Santa, la hermandad de la Candelaria de Sevilla celebró su centenario en 2021 y Carlos Herrera también dirigió el pregón para celebrar la fecha. Este segundo podcast llamado "Reina del Martes Santo" forma parte de los cuatro  especiales de la Cope. "En Sevilla la muerte no es más que una obra de arte. El dolor a hombros por ejemplo un Martes Santo. El dolor en marcha. En las manos azucenas, en sus ojos un desastre presentido, en los labios amapolas, en el talle un clamor de músicas y un arrebato de cornetas y tambores cruzando los jardines", dice.