Durante algún tiempo, la relación de amistad entre primas que tenían Rocío Carrasco (45 años) y Rosario Mohedano (44 años) funcionó, a pesar de que la primera se había alejado de toda la familia. Ellas se mantenían unidas, a pesar de todo, pero las cosas cambiaron cuando la hija de la más grande decidió volver a la televisión.

Rocío Carrasco decidió contar todos los secretos de su familia en el formato de una docuserie en Telecinco, parecía que intentaba desenmascarar a la parte del clan de Rocío Jurado más mediático, pero con el tiempo, y luego de muchas contradicciones en su discurso, comenzó a perder credibilidad. Rosario Mohedano le soltó completamente la mano.

La hija de Amador Mohedano no podía concebir que su prima hablara tantas barbaridades de sus padres. Hoy en día, la hija de la más grande ha pasado a ser una de las vetadas en Mediaset, pero eso no hizo que se olvidaran algunos comentarios; por ejemplo, que aseguró que Chayo no se llevaba bien con Fernando Mohedano y hasta que no tenían relación.

Rosario Mohedano vuelve a apuntar contra su prima

Otra de las "confirmaciones" de Rocío Carrasco vuelve a ser tirada por la borda con una simple imagen. Resulta que ha sido el cumpleaños de Fernando Mohedano y Rosario Mohedano ha estado presente, de hecho, hasta se han fotografiado juntos y demostraron que su vínculo sigue igual que siempre.

Con sus declaraciones, Rocío Carrasco intentaba demostrar que no era la única que no estaba de acuerdo con el accionar de su familia, que también tenía aliados en eso. Al menos Fernando Mohedano no ha seguido sus pasos y sigue muy ligado a toda la familia y sobre todo a Rosario Mohedano.

La esposa de Fidel Albiac ya no tiene lugar en Telecinco, pero sus comentarios sí que hicieron destrozos en la psiquis de gran parte de su familia, que ahora solo piensa en dedicarse a desmentir con hechos y no con palabras todo lo que ella se ha encargado de contar.

Daños colaterales

La propia Rocío Carrasco explicó que tuvo la idea de los documentales como una forma de descargar lo que había vivido, pero no pensó en el daño que le haría a mucha gente. Dos de las más grandes afectadas fueron su propia hija, Rocío Flores, y Gloria Camila, su hermana menor, ambas alejadas de los medios por la presión mediática.