Cuando menos se lo esperaba, Rocío Carrasco (45 años) vuelve a ser protagonista de las polémicas familiares. En esta ocasión es Rosario Mohedano (44 años) quien decide alzar la voz y enfrentarse si piedad a su prima, poniendo por delante de este vínculo a Gloria Camila (27 años).

La hija de Amador Mohedano decidió dar un paso decisivo en su vida al abrir las puertas de su hogar a una de las revistas de más tirada española. “Semana” visitó el refugio de Chayo y consiguió confesiones exclusivas que, sin lugar a dudas, pintan el panorama de la interna familiar.

Rosario Mohedano da el gran paso contra Rocío Carrasco

El lanzamiento del último proyecto musical de la heredera de Rosa Benito desató un sinfín de especulaciones. “De qué vas” tiene un mensaje muy contundente y salen a la luz tras las duras declaraciones de Rocío Carrasco en contra de su prima. Como si esto no fuera suficiente, pone en el centro de la escena a Gloria Camila para formar una alianza inquebrantable.

Necesitaba pegar un golpe en la mesa y compuse esta canción. Tenía dentro de mí mucho que sacar y la impotencia.

Ante la pregunta de los reporteros sobre el mensaje entre líneas que dejaba al elegir a Gloria Camila como protagonista de su videoclip, la cantante sostiene que la colombiana fue muy maltratada públicamente por el solo hecho de ser adoptada. Con ello, queda en claro que señala a Rocío Carrasco como la artífice de este tipo de ataques que recibió su prima.

Gloria Camila ha sufrido un maltrato público brutal.

Al parecer, no hay caso, Rosario Mohedano y la heredera universal de Rocío Jurado dinamitaron su vínculo tras sus últimas declaraciones. Este lazo está completamente roto y la verdad es que con el paso del tiempo la situación parece agravarse más. Mientras que, por otro lado, la artista siente cada vez más empatía con la hija de José Ortega Cano.

Rosario Mohedano deja atrás sus miedos

Esta exclusiva que la revista “Semana” consiguió fue trascendental en la vida de Rosario Mohedano. La cantautora confiesa que sentía mucho miedo a la hora de abrir las puertas de su hogar, pues considera que existe una delicada línea que muchos suelen no respetar.