La debilidad de Isabel Preysler que le terminó por costar su relación con Mario Vargas Llosa

Isabel Preysler (72 años) y Mario Vargas Llosa (87 años) eran muy distintos, pero lograron mantener una relación de ocho años. Lo que más tenían en común es que ambos son figuras que despiertan gran interés. La socialité es una de las celebridades más conocidas en España por sus amores y su buena condición física, a pesar del paso del tiempo, y el escritor es famoso porque a través de la literatura defiende el valor de la libertad y la democracia.

Sin embargo, la Reina de Corazones y el Nobel pudieron aplazar sus diferencias para encontrar el amor. Pero muy a pesar de Isabel Preysler, hubo una que Mario Vargas Llosa no alcanzó a comprender. Y es que la madre de Tamara Falcó está obsesionada con el paso del tiempo y con mantener un estado físico impecable.

Isabel Preysler no midió las consecuencias

Algunas fuentes señalan que la aristócrata negoció con “¡Hola!”, su revista de cabecera, que todas las fotos que se publiquen de ella deben contar con su aprobación. Para ella, su imagen es lo más importante y la cuida como un tesoro. De hecho, está de acuerdo en usar el Photoshop, si es necesario, para hacer algún retoque y que las imágenes queden perfectas.

De hecho, Isabel Preysler es famosa por hacerse la sorprendida ante los periodistas, ya que ella misma es la que avisa a los medios de comunicación cuándo y cómo reaparecerá, así se asegura que las fotografías sean esplendorosas y realcen su belleza. Es por ello que la revista “¡Hola!” conoce estos requerimientos y la empodera.

Esta actitud de la socialité no la pudo ignorar Mario Vargas Llosa. En materia de imagen, al escritor poco le importa esmerarse, ya que son detalles que puede pasar por alto, lo suyo es el contenido y todo lo que eleve a una persona y que lo ayuden a alcanzar un espíritu crítico.

Hay que ver estrellas

Para muchos es comprensible que Isabel Preysler actúe de esa forma, porque estar delante de las cámaras y presumir de un buen estado físico es un trabajo que ha desarrollado como figura pública durante más de 50 años. Ella no escatima a la hora de hacerse un retoque facial, además de mantener una dieta que le permita no subir de peso.

La única manera que consiguió Mario Vargas Llosa de comunicar esa inconformidad fue a través del cuento “Los vientos”. Allí describe de manera indirecta su relación con Isabel Preysler y detalla esa obsesión que nunca pudo comprender de la socialité. De hecho, algunas fuentes creen que esta fue la verdadera razón de su ruptura, pero son solo rumores.

Lo que sí tiene claro Isabel Preysler es que para ser bella hay que ver estrellas, por eso se somete a una severa rutina para mantener su piel sin arrugas y lucir un físico envidiable.