Rocío Jurado fue un ejemplo en muchos sentidos para su época, una buena figura del feminismo que se animaba a salir adelante ante cualquier cosa; no tenía miedo de mostrar transparencias, escotes ni nada que la desafíe. A pesar de todo eso, fue una persona completamente plantada en sus convicciones.

En el ámbito del amor se casó dos veces, primero con Pedro Carrasco, con quien tuvo a su hija, Rocío Carrasco, y luego con José Ortega Cano (69 años), con quien adoptó dos hijos más, Gloria Camila y José Fernando. Sin embargo y aunque su hija mayor haya indicado lo contrario, tuvo un amor anterior que la marcó para siempre.

Se trataba precisamente de Enrique García Vernetta, ese fue su primer amor y a quien alguna vez la más grande definió como "el hombre de su vida", jamás olvidó lo que vivió con él y, mal que le pese a los demás, aunque con él no encontró la estabilidad de una familia, José Ortega Cano y Pedro Carrasco nunca le dieron aquello.

Rocío Jurado no logró encontrar un amor sin prisas

Rocío Jurado se enamoró de Enrique García Vernetta como nunca lo hizo de nadie más, tuvo los mejores recuerdos de José Ortega Cano y Pedro Carrasco, pero no pudieron ser ellos quienes le provocaron aquel amor sin prisas y con la inocencia de la juventud, de esos que le hacen a uno pensar que serán para siempre.

En realidad, lo que terminó de separar a García Vernetta y Rocío Jurado fue que tenían planes en común diferentes. Ella estaba tan locamente enamorada y soñaba con lo que todas las jóvenes de esa época querían, casarse y una familia, él en cambio no tenía esos objetivos.

La cantante no pudo seguir al lado de un hombre que no fuera capaz de comenzar esa clase de vida a su lado, por eso terminó por darle la espalda, aunque nunca dejó de estar ilusionada con él. Igualmente, encontró el calor de una familia primero con Pedro Carrasco y, ya separada de él, con José Ortega Cano.

La otra historia

La versión de Rocío Carrasco es que en realidad Rocío Jurado solo amó a Pedro Carrasco, aunque hoy en día se ha explicado que se en realidad era el deseo de la hija que sus padres estuvieran juntos, más no el de los protagonistas.