Reina Sofía

La hora del Rey Juan Carlos llegó, la Reina Sofía se cobra venganza de la forma menos esperada

Pilar Eyre se sincera.
martes, 6 de junio de 2023 · 04:30

La periodista Pilar Eyre describe la boda jordana con impoluta perspicacia. También ofrece detalles de cómo fue el más reciente reencuentro entre la Reina Sofía (84 años) y el Rey Juan Carlos (86 años). Según ella, fueron obligados a asistir juntos y no resultó. En su columna de la revista “Lecturas”, “El blog de no es por maldad”, asemeja la ceremonia con una “boda flamenca”, ya que se saltaron todo el orden protocolar y lo que se vio era todo lo contrario a la “rigidez solemne de sus ritos religiosos y la pompa monárquica”, señaló.

Para esta especialista en Casa Real, todo salió a la perfección. Se trató de un enlace real por amor, “se notaba”, escribió. Algo muy distinto al de los eméritos hace 61 años. Además, señaló que la mayoría de los invitados eran jóvenes, pero vestidos muy elegantes que dieron el justo aplauso en momentos sublimes, como el intercambio de anillos o el beso final.

Obligados a estar juntos

Pilar Eyre sostiene que los planos que dejaron la retransmisión de la ceremonia en directo fueron deslumbrantes. Se notaban rostros alegres y otros no tanto, como los del exmonarca y la Reina Sofía, a diferencia de otras casas reales como los reyes de Holanda, Bélgica, Suecia y los Príncipes de Gales, que estaban realmente felices y contentos. “En medio del grupo, como una isla oscura e inhóspita, destacaban las caras de Juan Carlos y Sofía, los reyes eméritos. Rostros surcados de arrugas y amargura, cuya presencia resultaba tan incongruente como un enterrador en una verbena”, detalló.

Reina Sofía y Rey Juan Carlos juntos, pero no revueltos. Fuente: (Instagram)

La comunicadora se detiene en el momento en que la exmonarca y el Rey Juan Carlos, con una forma física que empeora cada vez más, son bienvenidos por los reyes de Jordania Rania y Abdalá en la entrada del Palacio. Desde ese momento, se encontró con las primeras señales de que algo no andaba bien. Miró al emérito como un pobre hombre que ni caminar puede, pues subió las escaleras con mucha pena y sin que la Reina Sofía tuviera un atisbo de solidaridad, ya que ni siquiera le dirigió la mirada.

“De pronto, se armó un pequeño lío con el bastón y su mujer se adelantó y saludó con dos besos a Abdalá y a Rania, provocando la mirada iracunda de su marido. Cuando le tocó a él, el rey jordano le saludó cortésmente, pero Rania se apresuró a tenderle la mano para evitar el beso”.

A partir de ese momento, los Reyes jordanos tuvieron que escuchar, según Pilar Eyre, con indiferencia “el pequeño discurso” del Rey Juan Carlos. De hecho, con la Reina Sofía fue todo distinto: hubo más calidez. Algo que no le sentó bien al Emérito, ya que es imposible que disimule el menosprecio que tiene hacia su exmujer.

“Al fin y al cabo es Reina de España gracias a Juan Carlos, disfruta de todo lo que él no tiene: el cariño de su pueblo, el respeto de la prensa y, sobre todo, vive en España, en Zarzuela, donde él tiene prohibido alojarse. Se siente como un nómada, sin casa, sin familia, sin patria, mientras su mujer está donde debería estar él, incluso se ha apropiado de su añorado Marivent”, destaca la periodista.

Reina Sofía con su Valentino. Fuente: (Instagram)

Dolor y pena

Sin dudas, para Pilar Eyre será un acto de comedia o muy posible de drama cada vez que se junten los eméritos. No se soportan, no se siguen el paso y se hablan por obligación. Al final, la Reina Sofía con su traje de Valentino y sus zafiros dejó claro que se le hace muy doloroso estar al lado del exmonarca.