Un baúl secreto
El misterio de la fastuosa herencia de Concha Márquez Piquer que promete traer más de una polémica
La cantante falleció el pasado 18 de octubre dejando muchas cuestiones sin resolver.
El fallecimiento de Concha Márquez Piquer significó uno de los golpes más duros para todo el ambiente artístico español, principalmente, para el mundo la copla, pues una de sus mayores y más destacadas referentes se despedía de esta tierra a la edad de 75 años a causa de una severa infección respiratoria que la mantuvo más de un mes ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Quirón de Madrid.
El marido y las hijas de Concha Márquez Piquer tomaron la determinación de realizar el velatorio en la más resguardada intimidad, para recién el día 20 de octubre trasladar sus restos mortales al panteón familiar ubicado en el cementerio de San Isidro, donde también se encuentran su madre, la coplera Concha Piquer y su hija fallecida en 1986 tras un terrible accidente de tránsito, Coral Romero Márquez.
En inmediaciones del camposanto los reporteros y paparazis captaron las primeras imágenes de los deudos de la cantante a través de las cuales se pudo observar a Ramiro Oliveros, su segundo esposo y padre de su última heredera visiblemente afectado por tener que despedir a su compañera durante 40 años, un momento que, seguramente, jamás se habría podido imaginar, ni siquiera en la peores circunstancias.
Con la despedida de la artista quedan ciertas dudas. Como, por ejemplo, cuál es el legado que dejó para sus personas cercanas, al respecto es útil resaltar que si algo heredó Concha Márquez Piquer de su progenitora fue su capacidad ahorrativa, así como también la gran pasión por los viajes, le fascinaba pasar temporadas lejos de España, sus lugares predilectos eran Buenos Aires, Londres y Nueva York, eso sí, en compañía siempre de su amado.
Cabe destacar que del gusto por la madre de Concha Márquez Piquer de ser una cosmopolita se desprendió el mito del popular "baúl de la Piquer", esa maleta donde la célebre tonadillera cargaba sus pertenencias y que, actualmente, es exhibida en el museo en su honor. ¿Será que la reciente fallecida intérprete también tiene un baúl de sus recuerdos preciados?
Por el momento, no se sabe, algo que sí es una certeza es la gran fortuna que dejó la artista: inmuebles en Nueva York y España, joyas, obras de arte y, por supuesto, los maravillosos trajes que son una reliquia invaluable de la familia. Ella misma lo desveló en una de sus últimas entrevistas: "He guardado todas las pertenencias de mi madre para que algún día las disfruten mis hijas, es más preciado un simple objeto con connotaciones emotivas que el mayor tesoro del mundo. Una peineta, un chal, unas cartas, fotografías que hablan de momentos especiales y te remontan en el tiempo a instantes y lugares extraordinarios".
