El motivo por el cual Fernando Ligués habría dado un paso al costado en su relación con Amelia Bono

Todo pasó muy rápido o por lo menos así lo considera Fernando Ligués, el licenciado en Ciencias Empresariales de 47 años que había conquistado el corazón de Amelia Bono. Ambos fueron vistos disfrutando de los últimos días de calor en Sotogrande, muy románticos y cercanos el uno del otro. Días después se mostraron jugando al pádel en la capital con una pareja de amigos. Estos constantes encuentros daban las pautas de que el romance iba viento en popa.

Sin embargo, nada estaría más alejado de la realidad, ya que, de acuerdo a las últimas informaciones publicadas por el portal ABC, el amor o la querencia que existía entre Amelia Bono y el ejecutivo habría llegado a su fin. ¿El motivo? Uno en particular: el vasco pretende seguir manteniendo su privacidad, tal como lo venía haciendo hasta el momento.

Al parecer, se habría sentido un tanto agobiado por la presión mediática que recibió desde que salió a la luz su vínculo amoroso con la exmujer de Manuel Martos. Lo cierto es que no solo esta fue la causa para alejarse de su novia, pues tiene motivos que son aún más importantes y relevantes.

Al igual que Amelia Bono, Fernando Ligués pone en el primer lugar de su vida a sus tres hijos y su intimidad. Los pequeños son fruto del amor con su primera esposa llamada María, que era muy cercana a la hija del político José Bono, ya que compartían el mismo círculo de amistades en la urbanización marbellí.

Por el momento, ninguno de los protagonistas del romance otoñal se refirió al respecto. El empresario continúa desarrollando sus actividades cotidianas al igual que la influencer, pues, según lo publicado en su cuenta oficial de Instagram, está pasando un cálido fin de semana en compañía de sus pequeños herederos.

Disfrutar de deliciosos platillos en un reconocido restaurante de la capital y realizar diversas actividades con los nietos de Raphael es la manera en la que Amelia Bono elige desmarcarse de la polémica y del foco mediático, al menos por algunos días o hasta que las aguas se calmen y el río siga su cauce.