El daño colateral que sufrirían los hijos de Charlène de Mónaco en un día especial

Aunque todavía no hay certezas acerca de la situación real que atraviesa Charlène de Mónaco, en el Principado esperan que la Princesa pueda celebrar junto a sus hijos su séptimo cumpleaños, sobre todo, después del complicado año que pasó la familia, especialmente los niños, debido a la larga ausencia de su madre en Mónaco. 

A pesar de que en un principio se dijo que la esposa de Alberto de Mónaco había sido ingresada en una clínica privada debido a una misteriosa y compleja enfermedad, actualmente se desconoce su paradero. Solo en contadas ocasiones el Príncipe explicó que su mujer permanecía exiliada por cuestiones de salud, e hizo referencia a un agotamiento mental y físico. Sin embargo, esto no puso freno a los rumores que señalan que atraviesan una fuerte crisis que podría terminar en divorcio. 

En este contexto, muchas veces los que quedan en segundo plano son los hijos de Charlène de Mónaco y Alberto de Mónaco. Probablemente, desde el palacio no se den cuenta que los mellizos son los que sufren más esta situación. Últimamente, Jacques y Gabriel no atraviesan un buen momento y todo ha sido mucho más complicado para ellos al tener que cumplir con los compromisos de la agenda oficial de su padre, sin la presencia de su madre. Durante estos sietes meses, solo tuvieron contacto con su madre a través de medios digitales y solo en dos oportunidades pudieron visitar a su progenitora en Sudáfrica.

Con el nuevo ingreso de la princesa a una clínica, el estado anímico de los pequeños parece haber decaído aún más. De hecho, ante esta angustiante situación, Alberto de Mónaco decidió sacarlos del colegio y llevar las clases al palacio hasta tanto la situación familiar mejore. El Príncipe confesó que prefiere que no vayan a la escuela por ahora porque ve que el hecho de estar lejos de su madre durante tanto tiempo los afectó mucho emocionalmente.

Recordemos que los mellizos también demostraron cuánto extrañan a su madre cuando en el Día Nacional de Mónaco, salieron al balcón del palacio con pequeños carteles con el siguiente mensaje: "Te queremos mamá" y "Te echamos de menos". Es evidente que el panorama no es nada bueno desde que Charlène de Mónaco tuvo que viajar intempestivamente. Los niños no viven precisamente una infancia feliz y, por supuesto, ni se acerca a lo que su madre había soñado para ellos, pero, desafortunadamente, parece que nadie en el Principado de Mónaco la ha tenido.

La propia Carolina de Mónaco reconoció en un libro de memorias que ni ella, ni sus hermanos vivieron una infancia ideal como se podría esperar de una familia real. Incluso, la princesa también reveló que su padre, el Príncipe Rainiero, tampoco pudo disfrutar de su niñez como le hubiera gustado.