Cristina Portillo, "la hija del corazón" de Bertín Osborne, se quiebra tras recordar a su madre

Desde que Bertín Osborne y Fabiola Martínez decidieron poner fin a su matrimonio, quienes inesperadamente pasaron a ocupar el foco mediático fueron las hijas del primero con la difunta Sandra Domecq William: Alejandra, Eugenia y Claudia Ortiz Domecq, pero no solo ellas acapararían el interés de la prensa del corazón, sino, también, su pequeña hermana.

Ana Cristina Portillo es la Benjamina de Sandra con el empresario Fernando Portillo. Es influencer, se dedica también a los rubros de la moda y es empresaria. Es necesario destacar que Bertín Osborne adora a la joven de 27 años como si fuera su propia hija, pues él y su exesposa mantenían una relación de amistad luego de finalizado su compromiso marital.

Las cuatro predilectas del presentador televisivo son más que unidas y eso ya quedó demostrado, pues el cuarteto de hermanas decidió abocarse a lo que más les gusta hacer y que, claramente, llevan en sus genes por su progenitora. Así fue como presentaron la nueva colección de la marca de Hoss Intropia, en la que ofician como embajadoras.

Sucede que los amores de Bertín Osborne se sienten totalmente identificadas con los diseños que realiza la firma, adquirida recientemente por el grupo Tendam. Se tratan de prendas atemporales y les queda perfecto al estilo que manejan. Por este nuevo emprendimiento fue que Alejandra, Eugenia, Claudia y Cristina visitaron el plató de Pablo Motos, en donde desvelaron más de un secreto que las llevó hasta las lágrimas.

"La hija del corazón" de Bertín Osborne aseguró haber tenido un encuentro con su madre fallecida: "Estaba teletrabajando en casa, cuando acabé, cerré el ordenador, pero yo nunca lo apago. Por la noche cuando fui a dormir empezó a sonar como el tono de una llamada y una conversación en la que una mujer decía: 'Hija, ¿estás bien?'. Me fui a dormir y a la mañana siguiente cuando abrí el ordenador estaba el video".

También Claudia tenía una anécdota similar que contar al respecto y es que vivió algo parecido. Una madrugada le solicitó a su madre que le enviara una señal con luces y así confesó lo sucedido: "Al día siguiente, paré en una gasolinera camino del campo. Hubo un apagón y parpadeó muy fuerte una farola, yo lo vi como un aviso".