Los impulsos de Rocío Jurado que desencadenaron en el peor de los finales

Rocío Jurado tuvo una vida muy intensa y llena de subidas y bajadas como cualquier ser humano, podríamos decir, pero sumado a que ella era observada por millones de personas y  por la prensa en general que seguía sus pasos.

Ya han pasado 15 años desde que Rocío Jurado se despidió de este mundo y son muchos los fanáticos que aún la recuerdan y no pueden creer de la manera tan triste en la que se despidió luego de verla brillar tantos años.

La más grande había anunciado en 2004 que padecía de un cáncer al que le daría pelea y trataría de superar. Se sometió a varios tratamientos, la mayoría fuera de España, hasta que finalmente la enfermedad le ganó en 2006.

De todas formas, por lo visto la vida tan ajetreada y llena de compromisos que llevaba Rocío Jurado en todo momento a veces le jugaba en contra, la cantante estuvo varias veces enferma, incluso en su juventud y su médico siempre le solicitaba que tratara de parar un poco y cuidarse.

Una vez en 1984 comió unas ostras que le regalaron y terminó intoxicada ella; Pedro Carrasco, que entonces era su marido, y el padre de éste. En esa época los especialistas ya le pedían que moderara sus actuaciones en el escenario y que tratara de no hacer cosas que le empeoraran la salud.

Me ha pedido que modere mis impulsos en las actuaciones, que no me entregue tanto, y que no fume. Y sobre todo que me cuide mucho.

Por supuesto que alguna vez el cuerpo le pasó factura a Rocío Jurado, la vida caótica que no le permitía descansar en ningún momento hizo que el cáncer la alcanzara y que sus fuerzas ya no fueran las mismas para pelear en el final de su vida.