No todo es posible

El tesoro más preciado que Camilín nunca podrá heredar de su padre, Camilo Sesto

El cantautor hizo lo necesario para dejárselo, pero no lo logró.
viernes, 16 de julio de 2021 · 07:55

Camilo Sesto fue uno de los ídolos españoles que supo cómo trascender las fronteras y llegar a los corazones de todos y cada uno de sus fanáticos que se encuentran dispersos por el mundo, particularmente en América. En este contexto, cabe destacar que ganó la prestigiosa medalla de Máximo Orgullo Hispano en Estados Unidos, mérito total y absolutamente propio.

Su luz se apagó el 8 de septiembre del año 2019, sin embargo, su voz sigue latiendo en los corazones de sus seguidores. A pesar de que logró hacerse famoso por su particularidad forma de expresar las baladas románticas, muy poco se conoció respecto a su vida privada, de hecho, lo único que se supo con certeza fue que en la década del 80 conoció a Lourdes Ornelas.

En el año 1984 y a la edad de 38 años, el cantante decidió presentar a la familia que había conformado con la mexicana al bajar los dos de un avión en el aeropuerto de Barajas. Sin embargo, lo que más sorprendió a los reporteros de la época fue que traían a un niño en brazos, se trataba del hijo fruto de sus encuentros, a quien Camilo Sesto siempre llamó cariñosamente Camilín.

Camilo Blanes es el único heredero del patrimonio millonario del artista al que se suman los derechos de autor con los cuales generaría más de 300 mil dólares anuales. No obstante, hubo algo que el retoño de Camilo Sesto no pudo heredar: el talento musical, ya que cuando el joven se encontraba planificando su futuro como cantante debió dedicarse por completo a administrar su herencia.

Aunque lo cierto es que cuando dio rumbo a su vida profesional en México no tuvo demasiado éxito, de hecho, pasó sin pena ni gloria según lo cuentan los especialistas del país azteca. ¿Cómo hubiera afrontado esta situación Camilo Sesto? Probablemente, con un poco de desilusión, puesto que la música es algo que él llevaba en la sangre.

Así lo confesó en una entrevista en el año 1984: "Tanto mi padre como mi madre adoraban la música. Los dos cantaban muy bien. Todavía hoy mi madre, con más de sesenta años, tiene una hermosa voz, poca, pero muy afinada y con frecuencia la encuentro en mi cocina, guisándome la paella y cantando los temas de mi último disco. El verdaderamente profesional era mi padre. En su juventud, antes de casarse, había tenido además de su profesión de electricista, una academia de baile en Alcoy".