La carrera de Ana Belén pudo acabar apenas empezó por dos hombres que dieron lo peor de sí

Ana Belén es una de las estrellas más reconocidas y queridas de España. Ella junto a su esposo Víctor Manuel simbolizan un ejemplo de lucha artística en nuestro país, acompañada lógicamente de una impecable trayectoria que da cuenta de su talento.

Ana Belén empezó a ganarse su sueldo desde muy pequeña. A los 13 años ya recibía pagas por sus concursos o sus actuaciones. De todos modos, llamaba mucho la atención por su innato don para la interpretación.

Su nombre original fue reemplazado por el artístico. No sería conocida como María del Pilar Cuesta Acosta, sino como Ana Belén. Así fue como poco a poco empezó a ganarse un lugar en la industria. Aunque, claro está que no le fue nada sencillo.

Hubo muchos varapalos en su carrera. Ni hablar de las épocas de Franco cuando tuvo que exiliarse en México para luego convertirse en la cara visible de la revolución. Pero al comienzo también estuvo marcada por la desigualdad y el hostigamiento.

Fernando Rey era el director de la película “Zampo y yo”, uno de los primeros trabajos profesionales de la actriz. El carácter hostil y poco amable del cineasta acabaron por dañar la autoestima de una joven que estaba predestinada a ser una estrella.

Rey veía en Ana Belén un solo grano en su cara, producto de una irremediable adolescencia, como motivo suficiente para ligar un regaño. Era ella la depositaria de todos sus reproches y llegó a causarle una pésima primera experiencia.

Luis Lucía es otro hombre que acomplejó a la esposa de Víctor Manuel. Hoy, siendo una de las mujeres más lindas y respetables de la industria, tuvo su momento de inseguridad al lado de este sujeto quien le prohibió sonreír ante cámara debido a su tamaño de dientes. Una locura si pensamos que hoy, la sonrisa de Ana Belén es de las más luminosas que hayamos visto.