El viernes pasado, por la madrugada, Kiko Rivera fue ingresado de urgencias al Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Un ictus inesperado lo atacó en plena velada y el hijo de la tonadillera acudió inmediatamente al centro de salud acompañado de su compañera incondicional, Irene Rosales.

Desde ese momento sus familiares se han acercado a demostrarle su apoyo, aunque él mismo poco a poco comenzó a recobrar la conciencia y tomar noción de lo que había pasado. Como es su costumbre, utilizó la red social de la camarita para verbalizar cómo se siente ahora que ya ha pasado un par de días y los síntomas comienzan a aplacarse, por ahora.

El último parte médico

Kiko Rivera mismo lo compartió en sus redes sociales, “Hoy estoy más triste empiezo a asimilar lo que me ha ocurrido y aunque voy mejorando no puedo dejar de estar triste”. El DJ cree que ha recibido una nueva oportunidad por parte de la vida y siente que debe aprovecharla:

He tenido y tengo mucho tiempo para pensar y mi vida ya no volverá a ser la misma.

El propio músico afirma: “he vuelto a nacer”. Cierto es que situaciones de iguales características sirven para repensarse a uno mismo. El Ictus corresponde a una lesión cerebral que todavía puede dejar grandes secuelas. Es vital sentirse acompañado y, afortunadamente, eso a Kiko Rivera no le falta.

Por lo pronto, Kiko Rivera manifestó sus deseos “pronto estar en mi casa y poder abrazar a mis hijos es lo que más deseo en este mundo”, no sin antes agradecer tantas muestras de cariño que recibió. La única que pudo verlo, después de Irene Rosales, fue Anabel Pantoja. De su madre no se sabe absolutamente nada.

Buenos tiempos

Si bien todo esto representa una muy mala noticia para el DJ, de alguna manera logró unir a la familia. Isabel Pantoja con quien mantiene una riña desde hace dos años ha viajado a Sevilla para estar cerca de su pequeño del alma, aunque no ha podido acercarse al hospital aún. Los medios no capturaron a la tonadillera, pero este renacer seguramente tenderá un gran puente de reconciliación.