La confesión de Lucía Rivera que llenaría de orgullo a Cayetano Rivera

Lucía Rivera ha logrado que muchos jóvenes tomen consciencia sobre la importancia de la salud mental. La hija de Cayetano Rivera ha escrito unos artículos para Vanity Fair donde se sincera sobre los problemas de ansiedad y depresión que ha enfrentado desde que era tan solo una niña. Con esto busca ayudar a otros a que reconozcan lo que ella ha atravesado. En una entrevista para Pronto se sincera al respecto. 

Lo hice desde el corazón. He contado un poco mi propia experiencia, para que se sepa que mucha gente está en la misma tesitura. Existe la creencia de que los personajes públicos estamos siempre felices y de que todo es maravilloso para nosotros, y muchas veces no es así. 

Asimismo, Lucía Rivera reconoce que gracias a todas las situaciones que ha enfrentado, aprendió a ser feliz por cuenta propia. Por tanto la felicidad que siente al día de hoy, nada tiene que ver con la relación que mantiene con Nacho Méndez: "No tiene nada que ver el amor con la felicidad. Cuando sales con alguien, estás bien, pero yo ya lo estaba antes de conocer a Nacho. Estoy bien soltera y con novio. No creo que un hombre sea el motivo de mi felicidad" reconocía la hija de Cayetano Rivera, una confesión de lo más sincera. 

Por otra parte, en la misma entrevista la modelo reconoce que tiene un "humor difícil", aunque muchos puedan tomarla como una chica muy seria, también tiene su lado alegre y su coranzoncito. Muchas veces su discreto perfil hacer ver una imagen de ella que no es precisamente acertada. 

La gente me ve como soberbia y malvada, pero soy cariñosa y tengo mi corazoncito. No soy seria, sino de un humor difícil. Creo que se tiene una imagen de mí distinta a cómo soy realmente, es decir, muy auténtica, y que digo las cosas muy claras.

Concentrada en sus compromisos profesionales, Lucía Rivera sigue forjando las bases de su imponente carrera profesional, donde le gustaría seguir creciendo mucho más. Un futuro prometededor se le augura a la promigénita de Cayetano Rivera.