A simple vista, o con un básico conocimiento acerca de la Corona española, se puede notar una gran diferencia entre la Princesa Leonor y la Infanta Sofía: la primera es la heredera al trono, la futura Reina de España, mientras que la última hija del Rey Felipe y la Reina Letizia siempre estará en un segundo y discreto plano y deberá resignarse a los títulos nobiliarios otorgados por su padre mediante el Decreto Real.

Las hermanas se llevan tan solo un año de diferencia y, pese a ser bastante similares en muchas cuestiones que hacen a su cotidianidad, existen ciertas diferencias que las distancian. A la Princesa Leonor le fascina tocar instrumentos, en especial su violonchelo que, según los trabajadores de Zarzuela, se le da bastante bien.

Por su parte, la Infanta Sofía prefiere dedicar el tiempo de ocio a los aparatos y dispositivos tecnológicos, aunque también aseguran que tiene gran destreza para practicar fútbol y que le agradaría demasiado el arte de la interpretación. Cabe destacar que la primogénita del Jefe de Estado y su hermana tienen el futuro perfectamente delimitado y, al pertenecer a una de las dinastías más importantes de Europa, sería inmodificable.

El lado positivo y el lado negativo

La Infanta Sofía siempre se muestra ante el pueblo con una sonrisa dibujada en su rostro y esto es algo que la convierte en una de las "Royals" preferidas por los ciudadanos. Sin embargo, lo cierto es que ella no debe cargar con toda la presión y las miradas críticas que conllevan ser la futura Reina del país, por eso, tal vez, siempre es más espontánea y natural que su consanguínea.

Los especialistas en comunicación no verbal analizaron en reiteradas ocasiones las actitudes de las nietas de los Reyes Eméritos coincidiendo en que "la Infanta Sofía sería mucho más segura que la Princesa Leonor", pues la segunda buscaría de manera constante la aprobación de sus progenitores, por lo menos, en los diferentes actos públicos en los que se pudo ver a la Familia Real.

Otro punto a favor de la benjamina de Sus Majestades es que siempre supo ubicarse en el lugar que le corresponde. Con el transcurso de los años demostró ser un pilar para la Princesa Leonor y cederle todo el protagonismo. No hay dudas que sabe cuál es su función en la Casa Real: ser aliada, confidente y el pilar más fuerte de la futura Reina, tal y como lo hizo la Princesa Margarita con la Reina Isabel desde que esta asumió al poder.