Mariola Orellana y Antonio Carmona revelan cuál fue el momento más emocionante de sus vidas

Antonio Carmona encontró una gran compañera de vida en Mariola Orellana, es por eso que no eligieron casarse una sola vez, sino dos para demostrar cuánto amor tenían para dar. La primera ceremonia fue hace 29 años en Gibraltar, con pocos invitados pero muchas risas y anécdotas para recordar.

La segunda boda del cantante y su esposa fue hace veinte años, en una iglesia de Jerusalén que le daba una mística distinta, de todas formas a ambas las vivieron con una emoción intensa. El matrimonio tuvo dos hijas, Marina y Lucía, con una carrera exitosa él como cantante y componente del grupo Ketama, ella como promotora musical y representante de artistas.

Mariola Orellana y Antonio Carmona se complementan a la perfección, tienen mil experiencias de vida para compartir, pero ahora decidieron desempolvar el baúl de los recuerdos y presumir las fotos de su álbum de boda, que fue descontracturado y muy familiar, en una entrevista con el medio Vanitatis.

La misma Mariola Orellana confirmó que su boda con Antonio Carmona fue muy improvisada, su hija Marina ya había nacido y un amigo les trajo la idea de casarse en Gibraltar: "La mía fue la boda de la improvisación total, todo surgió casi de un día para otro. Desde la fecha (el 24 de agosto de 1993) hasta la tarta y mi vestido de novia...". Ese mismo amigo se había casado allí y les explicó todo: "Nos dijo que las bodas allí eran muy bonitas, nos enseñó un pergamino precioso que le habían dado... Lo pintó todo tan ideal y tan fácil que pensamos: '¿Y por qué no nos casamos nosotros? ¿Qué necesitamos?'. El DNI y la partida de nacimiento que, por casualidad, la teníamos encima".

Mariola Orellana también explicó que fueron desde Cádiz hasta allí y hasta llegaron un poco tarde, ella y el artista flamenco se casaron por civil en la misma sala donde se casó John Lennon, además frente a una foto de la reina de Inglaterra. Era una celebración muy íntima, los testigos fueron la amiga del alma de la novia, Piedi, y dos hermanos de Mariola, Fernando y Wico: "Además, nos acompañaron tres sobrinas y algún amigo íntimo. Los invitados no llegaron a veinte. De la famila de Antonio no quiso venir nadie"; explicó que en ese momento no era bien visto que él se casara con alguien que no fuera descendiente de gitanos.

Sin embargo, fue todo tan bonito.... En realidad yo me casé por mi padre, su ilusión era verme casada y aunque al principio no había querido saber nada de Antonio, luego se hizo su mejor amigo

A pesar de una serie de inconvenientes, como por ejemplo que al salir del civil se dieron cuenta de que se había llevado la grúa su coche y tuvieron que ir a buscarlo, ellos estaban muy felices e ilusionados. De Gibraltar arribaron a la casa de Fernando, el hermano de la novia y allí hicieron el convite: "Allí nos esperaban mis padres, emocionadísimos, y unos amigos nuestros que habían venido desde Sevilla. Fue una boda pequeña pero superfamiliar y muy fiestera. Tomamos unos arroces riquísimos, platos típicos andaluces...".